miércoles, 10 de marzo de 2010

RIDÍCULO (OS, AS)


Líbreme dios de presuponer que militancia y electorado del PP están menos preparados para comprender los principios de la igualdad de género, para entender que hombres y mujeres debemos construir una sociedad en (y con) iguales condiciones y asumir como propios los avances logrados en estos años. Estoy segura que no hay nada que genéticamente impida a los populares considerarse aliados en estas conquistas aunque a menudo resulta difícil sentirlos como compañeros en este viaje. El dia 8 fue uno de esos días.

Yo no sé nada de globoflexia, de creatividad contemporánea ni si el artista elegido tiene más o menos talento. De lo que sé es de dignidad, de responsabilidad institucional y de lo que significa el Dia Internacional de la mujer. Y sé, como saben los ciudadanos y ciudadanas, cuando alguien hace el ridículo, cuando no sabe cuál es su sitio y cuando le meten un gol. El acto del 8 de marzo en el Obradoiro no es más que un lamentable resumen gráfico de lo que el Gobierno Feijoo está haciendo con las políticas de igualdad: chirigota pura y dura. Las fotos que han dado la vuelta a España demuestran mejor que mil discursos que la Xunta ha frivolizado al máximo su responsabilidad y su compromiso con la igualdad de género y que ni siquiera en la conmemoración de un día tan sentido es capaz de mantener un mínimo las formas.
La cosa sería de risa si no coincidiera con la presentación del Anteproyecto que prevé la eliminación del Servicio Galego de Igualdade. Sería de risa si no fuera porque se han anunciado cambios en la Lei do Traballo en Igualdade, que eliminan instrumentos dirigidos a permitir la conciliación de la vida laboral y la familiar. La cosa tendría gracia si no fuera porque los del disfraz son la Conselleira de Traballo y el de Economía e Industria, o sea los que tienen la obligación de diseñar y llevar a cabo políticas dirigidas a crear empleo, mejorar la empregabilidad femenina y facilitar la vida a los emprendedores… Y mientras se disfrazan, sólo hay que echar un vistazo a las cifras de desempleo, a los sectores, a las ayudas para formación, etc, etc.. Sería de carcajada si no fuera porque ese hombre que mira – con cierto estupor, creo – una suerte de muñeca hecha con globos más propia de otros espectáculos, es el responsable de un Gobierno que bajó las inversiones en equipamientos sociales, que tiene bloqueada la dependencia y que ha disminuido los fondos dirigidos a educación, sanidad, atención social y formación para el empleo… En fin, tendría gracia si no fuera sencillamente RIDÍCULO. A todo esto, Marta González, la Secretaria Xeral de Igualdade, insiste en que no comprendemos “la profundidad y el significado” del evento y que “es bueno reírse y celebrarlo”… puede ser… peor a mi me da la impresión de que es la señora González la que no comprende bien ni qué representa ella, ni cuál es su sitio, ni qué momento vivimos ni mucho menos qué cosas tienen gracia y cuáles tienen infinitamente menos.

7 comentarios:

Pablo Franco dijo...

Si tuviera que elegir una palabra, díría que hicieron una mamarrachada.
Y los que hacen marramachadas son mamarrachos. Estamos gobernados por mamarrachos.

Jesús dijo...

Como siempre ya has dicho todo lo que había que decir y muy claramente. Felicidades!!

José Luís dijo...

Andan tan perdidos que creían que todavía era Carnaval.
Estes no sienten ni padecen.
Lamentable y penoso.

Xabier Pita Wonenburger dijo...

Totalmente de acordo contigo.
Déronme pena. Foi unha escenificación vergonzosa.

Marta dijo...

Sencillamente patético!

Anónimo dijo...

No solo han hecho el ridículo, han emitido una imagen poco edificante para niños y jovenes.

Es el estilo Rajoy que educa a los suyos en las costumbres más míseras del machismo y de la condición de mujer mal entendida.

Ridiculos que proliferan cada vez más por los barrios coruñeses. Mar has acertado en el término.

vincenzolaguardia dijo...

La culpa la tienen las administraciones por contratar a payasos y luego pasa lo que pasa. Mi madre, mi abuela y mi tía trabajaron sin paridad, sin cuotas y sin discriminación positiva.