Probablemente
el Gobierno de Núñez Feijoo pasará a la historia como el que acumuló la mayor
cantidad de chapuzas administrativas y legales de la historia autonómica. El
engolado Presidente, tan aficionado a anunciarnos “decisiones históricas”, ha
sembrado su mandato de fiascos políticos de imposible gestión y el final de
esta Legislatura amenaza con ser el corolario de este desastre jurídico y
administrativo.
Nada
más sentarse en Monte Pío, Feijoo anuló el Plan Acuícola del anterior Gobierno anunciando
que el suyo revolucionaría la Acuicultura y atraería grandes inversiones. El
resultado de tanto bombo y platillo ha sido nulo; si acaso, amenazar alguno de
los lugares emblemáticos de la costa como Cabo Touriñán y la parálisis de un sector que se topó con la
administración más inoperante en el peor momento posible.
En diciembre de 2009 Feijoo sacó un conejo de
su inagotable chistera e, inopinadamente, utilizó una Proposición de Lei del
BNG para promover una reforma exprés de la Lei de Caixas. Aquello iba a ser el
éxito definitivo de su mandato: doblegó la voluntad de los directivos de las
entidades, apostó todo a la fusión, encargó una auditoría infalible y acabó
celebrando - entre lágrimas mal contenidas- “o momento histórico” de turno, un jueves por
la mañana. El resultado lo conocen todos.
En
medio de la mayor crisis económica y social de la historia democrática, con
Galicia convertida en la Comunidad que más empleo destruye, nuestro intrépido
Presidente decidió que la solución a todos los males era la fusión de dos
pequeños ayuntamientos, Oza y Cesuras. Ríos de tinta en un Debate para el
Estado de la Autonomía que aún hoy debería avergonzar al Ejecutivo y a sus
cronistas. Meses después de aquél ejercicio de “política-ficción” todavía no saben
cómo resolver el fiasco procedimental en el que han metido a dos pobres
ayuntamientos y sus dóciles alcaldes.
Si
la paralización del Plan Acuícola era importante, la del Plan Eólico era
simbólica. Consciente de la incomodidad que la gestión del mismo había supuesto
para el anterior Ejecutivo, Feijoo quiso convertir su anulación en una dolorosa
herida para los partidos de la oposición. Pero quien se desangró no fue un
Gobierno derrotado ya en las urnas sino un sector industrial que vio frenadas
sus expectativas de negocio por un Decreto lleno de irregularidades jurídicas. El Tribunal Superior acaba de anular la
enésima chapuza.
Este
insólito recorrido no podía tener mejor remate
que el lamentable episodio del Área Metropolitana de Vigo. Cuidadosamente
diseñada para restar poder e influencia al Ayuntamiento vigués y- por supuesto-
a su alcalde, la Ley del Área
Metropolitana fue la gran apuesta de Núñez Feijoo para el sur de Galicia. Pero
una vez más el Presidente tropezó con su incapacidad para convertir la ilusión
en realidad y, en este caso, con su torpeza política. Crear el Área
Metropolitana sin Vigo y contra Abel Caballero, más que una tontería eran dos.
El resultado es que su proyecto estrella nació muerto; el día de su
constitución el Área no fue capaz de elegir Presidente… Alguien da más…?