EL MEJOR PARTIDO DE LA HISTORIA

Lo ha hecho!. Por fin Rafa Nadal cumplió su sueño, por fin pudo sentir la hierba de la pista central del All England Club en su espalda, mientras miraba al cielo agradecido y gritaba que si!, que ahora si era el campeón que siempre había deseado, el campeón de Winbledon.

Durante años, este joven madridista, sobrino de un mítico jugador del Barça y del Mallorca, que viaja con su familia y amigos, que juega bastante bien al fútbol, aceptablemente al baloncesto y hubiera sido un magnífico remero, soñó que el público inglés le aclamaba, entre fresa y fresa, en el escenario más emblemático del tenis.

Ayer, tras siete horas de partido y suspensiones por la lluvia – esto es Wimbledon...- vestido de blanco inmaculado, venció a su amigo Federer, al mejor tenista del momento y, probablemente, con Pete Sampras y Borg, el más completo de la historia, si bien el de Washington nunca pudo ganar en la tierra francesa.

Nadal ganó como le gusta hacerlo, en un partido magnífico en su calidad y épico en su desarrollo; ganó jugando su mejor tenis pero apretando los dientes cuando el suizo demostró porqué es el número uno desde hace años. Hizo, además, historia, ya que desde los años de reinado del tenista sueco nadie había ganado en la misma temporada Roland Garros y Wimbledon.

Por si algo faltaba, a la hora de los discursos Rafa y Federer engrandecieron aún más el torneo. El respeto y el cariño entre ambos resultó todo un homenaje al cuidado escenario londinense. Ninguno mereció perder, pero sólo uno podía ganar, y este año fue el de Manacor que, además de reconocer el talento del suizo, se paseó por la marquesina del fondo de la pista para saludar, emocionado, a su familia, a la de su adversario y a los Príncipes de Asturias. Después lloró. Tiene sólo 22 años y el US Open le espera para, tal vez, coronarle como el número uno de la ATP.

Entre los espectadores John McEnroe – comentarista- y Bjorn Borg, los dos tenistas que protagonizaron una de las finales de más altura del torneo. Pero ayer sobre la hierba del All England Club, dos enormes deportistas escribieron una página ya imborrable del tenis de todos los tiempos. El gran MacEnroe, al que los años han mejorado notablemente su carácter, lo resumió en una frase: “nunca se había presenciado una final mejor que esta”.