Hace unas horas los electores demócratas hablaban ya de manera definitiva y elegían como candidato a la Presidencia de USA a Barak Obama, el primer afroamericano que podría convertirse en el inquilino de la Casa Blanca allá por noviembre cuando “el primer martes después del primer lunes” los americanos elijan al sucesor del segundo Bush.
El senador Obama vencía así a la gran Hillary, la favorita hace apenas unos meses, la “heredera” – y seguramente coautora- del estilo Clinton, la candidata del establishment y de la mayoría de los electores hispanos, de las mujeres y de una parte sustancial de los votantes demócratas de carácter más “conservador” que miran con cierto recelo al joven senador de Illinois. Durante meses ambos candidatos mantuvieron una lucha fratricida exponiendo, de debate en debate y de la manera más descarnada, sus enormes diferencias políticas y personales y poniendo en duda la solvencia, capacidad y hasta la honestidad del/a otro/a para acceder a la Presidencia, para regocijo de los republicanos, que hace meses eligieron a “un conservador tradicional”, MacCain, como su mejor opción para el próximo otoño.
Ni siquiera esta pasada noche, en la recta final de la batalla, los candidatos demócratas desaprovecharon el momento para poner de manifiesto sus divergencias. Obama habló bien de Hillary, pero ni rastro de ofrecimiento alguno para formar un “ticket” solvente que les permitiera aunar apoyos, aportaciones económicas y electores. La senadora Clinton, por su parte, no olvidó recordar en su discurso que le habían votado 18 millones de personas, su imprtante experiencia profesional y política y fijó ya el marco de negociación con su contrincante; apoyo si, pero no cheque en blanco. De reconocer la derrota, la brillante abogada, nada de nada...
Puestas así las cosas los analistas políticos se han debatido durante estos meses pasados – y lo seguirán haciendo en lo que queda hasta el inicio de la campaña electoral- entre la alabanza sin límites al sistema de “primarias” de USA, contraponiendolo al cerrado – y por lo visto menos democrático- mecanismo de elección de candidatos en los partidos políticos españoles, tan de moda ahora, con el “precongreso” que está viviendo el PP y por otro tratando de ver en qué medida la dureza del enfentamiento demócrata ha podido debilitarles frente a los republicanos.
En realidad, el supuesto hiper-democrático sistema de primarias es un modelo en que la igualdad es sólo teórica, los candidatos con posiblidades son los de mayor fortuna – personal o de sus donantes, que defienden obviamente, intereses particulares-, la elección es doblemente indirecta y la participación de los ciudadanos, tanto en las primarias de cada formación como en la convocatoria electoral, es bastante menor que en España en cualquiera de las convocatorias – a menudo no llega al 50 pr cien-.
Ahora Barak Obama deshoja la margarita intentado descifrar si es mayor el beneficio de llevar a la senadora por Nueva York como opción a la Vicepresidencia, aunando compromisarios, donaciones y electores y cerrando las heridas del largo proceso de primarias o si es preferible dejar a Hillary a un lado y volar más libre evitando la alargada y poderosa sombra de la señora Clinton tras él. Los demócratas saben que probablemente el ticket de ambos sería ganador pero Obama es consciente de la gran personalidad de Hillary y de que su presencial e restaría brillantez y tal vez hasta autonomía en sus decisiones. Hay quien dice que Gore no ha logrado olvidar las continuas injerrencias de una mujer brillante y decidida que jamás se resignó a ir de consorte.
Es probable que hasta la convención de agosto no se resuelva la cuestión definitivamente. Hillary aceptaba en las últimas horas algo que hasta ahora era impensable para ella: ser la número dos de Obama; ahora habrá que esperar la decisión del ganador.
9 comentarios:
Yo aposté por Obama desde hace bastante tiempo, y al parecer acerté. Lo cierto es que los periodistas españoles no suelen dar ni una en sus predicciones sobre la política norteamericana. Solo había que ver las tertulias de las mañanas en los informativos, para escuchar verdaderas barbaridades de personas que, al parecer, parecen desconocer bastante la política norteamericana.
Algunos suelen decir por ejemplo que Obama es casi un socialdemócrata, lo cual es una barbaridad, y solo hace falta ver su programa económico para darse cuenta de que nada más lejos de la realidad.
Su propuestas son propias de cualquier partido de centro-derecha europeo, sin embargo, y aún así, a la izquierda de parte de los maximalismos que Bush intentó colar en el Congreso y no logró, como la privatización parcial del sistema de pensiones, eliminando las pensiones mínimas y haciendo que cada pensionista norteamericano cobrara exclusivamente por lo cotizado personalmente.
El señor Obama propone por ejemplo apostar fuertemente por el sistema educativo, pero hasta Bush aumentó su inversión en la educación primaria, y Obama no apuesta por un programa sanitario federal, si no uno por Estados y además no por una red pública, si no por una especie de mercado cautivo de empresas privadas que serían subvencionadas para mejorar el acceso sanitario (que ni siquiera podría estar garantizado a nivel universal porque sería una intromisión inconstitucional contra la autonomía legislativa de los Estados).
Escuchando a Mariano Rajoy hace poco, se podría decir con absoluta objetividad que Obama estaría a la derecha del Partido Popular en estos temas, ahora bien, ¿qué mejoraría con Obama en la Presidencia de los Estados Unidos?, pues efectivamente no se pondría en riesgo el sistema público de pensiones (a pesar de que ni siquiera cubre a toda la población), mejoraría el acceso al sistema sanitario (que seguiría sin ser garantizado para todos) y mejoraría las relaciones internacionales de los Estados Unidos, a pesar de que Obama ha seguido amenazando a Irán (eso sí, dándole la opción a negociar).
Obama es una persona muy religiosa, de misa dominical, que en todo caso no mezclaría la República con el misal, como hace Bush, que ejerce un fundamentalismo que en Europa sería directamente ilegal en varias cuestiones.
Teniendo en cuenta que McCain, un conservador social, no forzará el debate en torno al sistema económico (ni Obama ni McCain son dados a beleidades neoliberales), seguramente el debate girará en torno a la inmigración y la seguridad nacional.
Seguramente los superdelegados del Partido Demócrata presionarán a Obama para que acepte a Hillary en su "ticket", era una opción previsible, sin embargo, puede que Obama prefiera a un militar de prestigio, para reforzar su flanco en su discurso de defensa.
En cuanto al sistema de primarias, más allá de que el sistema norteamericano es un verdadero caos, y la Ley electoral completamente deplorable, lo bueno es la cultura democrática que tienen; allí es inconcebible que dos candidatos, o más, no debatan abiertamente sobre sus propuestas y todos libremente puedan votar a quien consideren oportuno.
De ahí, al dedazo de Aznar señalando a Rajoy como líder indiscutible del PP, un partido de 700.000 militantes, hay cien años luz.
La Ley electoral norteamericana favorece a los más ricos, cierto, sin embargo el modelo de listas cerradas y bloqueadas español tienen un déficit de calidad democrática considerable. Seguramente lo ideal sería impedir la financiación particular de las campañas y un sistema electoral mixto, entre las listas abiertas y las listas cerradas.
Estadísticamente, los demócratas siempre han gestionado mejor la economía que los republicanos.
Yo creo que al mundo le vendría bien que Obama gane las presidenciales, pero para eso, queda mucho.
Saludos. Miguel Núñez.
Interesante análisis de la victoria de Obama.
Desde mi punto de vista la elección de un afroamericano para candidato a la presidencia ya supone un hecho histórico, pero se quedará en nada si no sale elegido Presidente. Y para ello debe contar con el apoyo de Clinton, sin duda ninguna. Obama debería cambiar de lema: del "Yes, we can" pronunciado en New Hampshire, al "Together we can" que a partir de ahora deberán entonar a dúo ambos senadores.
Un saludo y felicidades por el blog!!!!!
Lo último del asunto es que al parecer, Obama está tanteando a otros pesos pesados demócratas para formar un ticket potente con el que enfrentarse a Mac Cain, no me extraña, si no encuentra un vicepresidente con enganche entre la clase media blanca en general y entre las mujeres en particular lo puede tener difícil; dudo mucho que las clases más populares y los afroamericanos acudan masivamente en su auxilio ya que se trata de sectores de la población tradicionalmente pasivos frente a los procesos electorales, sin embargo debe intentar el milagro ya que en los planes de la américa profunda es difícil que entre un presidente de color. Mi opinión es que si puede intentará librarse de Clinton, algo que no me extraña ya que sería una vice muy incómoda para él. Dicho esto, desearle suerte, hasta ahora ha sabido crear un sueño de la nada y sería muy positivo para los USA que lo concluyera con éxito.
Interesante post.
Para reflexionar en esta línea me parecen muy interesantes estos artículos publicados en "Temas"
http://www.vnavarro.org/wp/?p=350#more-350
http://www.vnavarro.org/wp/?p=410#more-410
Saludos Socialistas
Contraponer los sistemas de s-elección de candidatos políticos americano y europeo –o español – a través del tamiz “democrático”, creo que, a estas alturas, no tiene demasiado sentido. Parece obvio que ambos responden a unas tradiciones y circunstancias – culturales, sociales, políticas,… -propias y, en muchos aspectos, divergentes.
Pero si de lo que se trata es de hablar de democracia, no podemos partir de la premisa de que exista un modelo único. Como no hay un único modelo de justicia, de tolerancia, o de bondad…Algunos, incluso, llegan a afirmar – me incluyo – que no hay modelo alguno. Que cuando hablamos de democracia nos referimos: más a procesos que a instituciones o modelos predeterminados (las instituciones per se no son democráticas o dejan de serlo, su funcionamiento sí), a sistemas dinámicos al contrario que estáticos, abiertos frente a cerrados. La democracia es un sistema para tratar el cambio, la diferencia, el conflicto, la tensión; ínsitas, de siempre, en la condición humana. No sirve para lograr el "acuerdo definitivo", cuidar de la plácida "unanimidad", o buscar una tendencial, y supuestamente latente, "homogeneidad". La democracia descubre horizontes, no fija metas.
Además, no deberíamos confundirnos nunca pensando que los contingentes intereses de partido (por supuesto, en principio perfectamente legítimos) van a coincidir siempre o están en el mismo plano que los principios democráticos e intereses de una sociedad determinada. Hablando de partidos políticos y democracia el mejor escenario quizá sería el que nos presta la analogía deportiva, tanto en lo atañe a la aceptación de la derrota (y de su eventualidad) como en el recibimiento de la victoria (y de su temporalidad). Y, desde luego, no es más demócrata el que más quiere ganar unas elecciones, el que más trabaja para conseguirlo o, incluso, el que más “merece ganarlas”; como no es más bueno el que más quiere serlo, sino el que lo es sin más.
Por todo ello, para mí es bueno lo que ha pasado en las elecciones primarias estadounidenses, sin más.
O que necesita os Estados Unidos é un cambio real. Un cambio non só no político ,senón tamén noutros aspectos: morais, culturais, económicos, educativos...
Para isto, a única alternatica é Obama. Un home capaz de cambiar o país. Un pacto con Hillary implicaría só uns certos cambios, pero non un xiro de 180º.
Saúdos,
Bernabé
Si, es obvio, como decís varios que resulta inútil comparar o contraponer el "valor democrático" de cada sistema. Cada Ley electoral, cada fórmula está enraizada en la historia de cada país, y seguramente tiene una lectura en términos de desarrollo social y cívico más allá de la diferencia en los modos de elección y en las proporciones.
Sin embargo, al hablar de los USA hay a veces una suerte de "lugares comunes" como quizás sea normal, tratándose de la "gran potencia". Para unos, los americanos son una panda de psuedoanalfabetos imperialistas que basan su proyección política en evitar la libertad de los demás. Seguramente olvidan que este es el país en el que un Presidente puede caer si miente a su electorado, donde la prensa y los movimientos civiles tienen un gran poder de "protección" de la libertad y los derechos; es el país en el que "el individuo" tiene una gran capacidad para hacer valer sus demandas, sus derechos.
Para otros, USA es el mejor ejemplo de lo que supone la "meritocracia" llega el que vale; el país que se examina en público, hasta en el cine, que abre las cloacas del Estado y sus íntimas derrotas, el país en el que "cualquiera" puede ser Presidente. Sin embargo también es donde más potentes son los grupos de presión y más actúan sobre la clase política,de la que son donantes. Es el país de la igualdad pero también aquél en el que más desigualdades existen a la hora de construir las oportunidades de cada cual. Basta echar un vistazo a las propuestas de Obama para darse cuenta de cuánto falta para que cualquier niño o niña pueda acceder en igualdad a algo tan básico com la educación.
Yo realmente no aposté por niguno de ellos y lo único que me asusta es que al final MacCain se lleve el gato al agua. Los republicanos han sido lo suficientemente listos como para leer el momento y han situado en la carrera presidencial a un conservador de los "de siempre"; nada de jovenzuelo neocon vestido de Armani con una mano en la Biblia y la otra en la chequera. MacCain es un tipo normal, mayor (el candidato de más edad de toda la historia), que no ha tenido que inventar curriculum ni amor a la bandera o a las armas. Si Condolezza hubiera sentido la "llamada de la Vicepresidencia" hubieran formado un tandem creo que imbatible.
Obama me aprece un gran político; tiene discurso, ideas y als dosis justas de arrojo, innovación y prudencia. Sin embargo creo que necesitará alguien potente de núemro dos para cubrirle algún flanco débil del voto americano: hispanos, mujeres de mediana edad, demócratas más conservadores...
Obama es un gran político pero no es Bobby Kennedy; no tiene el "charmant" de una aristocrática familia católica irlandesa, ni su poderío político y económico, ni el recuerdo colectivo de la sangre de su hermano sobre el impecable traje de Jackie. Ni siquiera creo que le hagan un favor con la comparación.
Y Hillary Clinton tampoco es la bruja de Blancanieves, ni representa lo más carca. Cuando su marido fue Presidente, su proyecto de sanidad pública - nunca llevado a cabo- supuso la mayor novedad en el terreno de los derechos sociales desde el final del apartheid; es lista, inteligente y pragmática. Quizás no haya despertado el entusiasmo que el senador Obama ha generado, sobre todo en la gente joven, pero quizás el electorado de Hillary sea más fiel a la hora de anotarse para que el próximo noviembre los demócratas vuelvan a la Casa Blanca.
No sé qué pasará, pero en contra de lo que algunos creen yo pienso que para Europa no es lo mismo que quien ocupe la Presidencia de USA sea de uno u otro partido, y menos en tiempos de crisis. Ni en términos de derechos, ni política exterior - incluso a pesar del guiño al lobby judío- ni en política energética, ni en cooperación y mucho menos a la hora de diseñar las líneas de negociacion y relación futura con países como China o el contienete sudamericano. Ojalá le podamos contar a nuestros hijos que vimos el dia que un hombre negro llegaba por primera vez a Presidente de EEUU!, ah!, y que era el 2008!
Conviene tampoco olvidar, que Mac Cain es considerado demasiado liberal dentro del partido republicano, si tenemos en cuenta que esta campaña difícilmente va a seguirse en clave neocon, en USA están bastante tocados después de lo visto (Enron, Irak etc ...), no es descartable que con un buen ticket demócrata la abstención cause suficiente daño en los republicanos como para aupar a Obama a la Casa Blanca, ya que en su memoria histórica sigue siendo el demócrata Roosevelt el que sacó al país de su peor crisis y ésta en palabras de Grenspan, no es mejor.
Obama ya es el candidato oficial a la presidencia por el Partido Demócrata. Atrás queda una dura campaña entre los dos aspirantes a ser los nominados oficiales por dicho partido. Parece que Hillary, en su quizás discurso político más importante, le deja de forma despejada el camino hacia la Presidencia a Obama. Hillary al final ha sido elegante. Lo importante, ahora, es darle consistencia a la candidatura de Obama. Y darle consistencia significa cubrir los flancos débiles del candidato demócrata, porque Obama es un político muy consistente, mucho más que la propia sociedad americana y, por eso mismo, porque es consistente y representa un peligro real para la derecha americana, puede generar la suma de muchas voluntades en un frente anti-Obama. Pero el fenómeno Obama ya es una realidad que ha conmocionado a la sociedad americana, que parece que no es tan conservadora como querrían los neocons americanos. Digamos que el “cambio” y el viento fresco-yes, we can-es todo un síntoma de rechazo al atracón neocon de los últimos ocho años. La gente, mucha gente, está harta de Bush. Por eso puede haber sorpresas y ya no valen los análisis sociológicos de hace unos años. La sociedad moderna es líquida, se mueve y los viejos esquemas teóricos apenas sirven para entender lo que pasa. Lo que importa es esto: si Obama gana tal hecho tendrá repercusiones en Europa y en el resto del mundo. Porque lo que está ocurriendo ahora mismo en Europa es muy grave: una ola neocorservadora la recorre de punta a punta y cuyos talismanes mediáticos se llaman Berlusconi y Sarkozy. Y su banderín de enganche es elaborar una política discriminatoria, demagógica y racista, contra la inmigración, política a la que, incluso, no le duelen prendas al poner en tela de juicio parte de los valores democráticos que son consustanciales al acerbo cultural europeo. Para los socialistas europeos si Obama no existiera, habría que inventarlo. Yes We CAN.
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