Encuadernado en rojo y negro, como aquellas “Lágrimas negras” y más de un año tarde sobre lo previsto por el artista, Diego el Cigala veía por fin su segundo trabajo “de alma cubana” en la calle. Tras el interminable desencuentro con su casa discográfica, el Cigala elegía el mismo camino que otros músicos – por ejemplo Prince- a la hora de distribuir sus proyectos por fuera de la férrea mano de la industria convencional. Para ello contó con el apoyo y patrocinio de quienes han sido sus amigos y máximos mentores, la familia Polanco y en todas y cada una de sus entrevistas ha recordado a Isabel Polanco, recientemente fallecida y a cuya memoria el artista canta y dedica este disco.
Envuelto en sedas y oro, con esas manos de dedos interminables que hacen música sólo con acariciarse, con esa mirada de quien ha visto casi de todo en la vida, Diego el Cigala se sube a la música de siempre, a los sones conocidos por varias generaciones y los transforma en trabajos nuevos, llenos de matices, de colorido, de ritmos diferentes que nos regalan sensaciones que apenas podemos ir descubriendo...
“Ya no estás más a mi lado, corazón...” y el sonido del hueco de las manos del Cigala llena de música la habitación.. “Te voglio bene assai...” y oyes un bandoneón y ya no entiendes bien qué está pasando. Y las dos cruces, el compromiso y la pobre de Maria de la O, siempre tan “desgrasiaita, teniéndolo tó”... Cigala y Rubalcaba, Tata Güines, Yelsy Heredia... El Cigala y la música, una vez más. Hace algún tiempo, cuando paseaba por España aquellas “Lágrimas negras” le gritaron en un concierto “Dios ha vuelto a cantar y se llama Diego!!”; naturalmente, ese Dios era José Monge, “Camarón”.
2 comentarios:
La verdad es que no entiendo mucho de flamenco, ni de tangos, ni de boleros, ni de música brasileira, tampoco de ópera; y cuando más lo lamento es al escuchar los discos del cigala, porque uno escucha algo maravilloso, pero intuye que por debajo fluye algo todavía más grande.
Un abrazo.
Ton
Por cierto cuanto más bonita hubiera sido esa noche de fiesta en la playa de Riazor si al concierto de Kiko Veneno y Raimundo Amador le pusiera el broche Diego Cigala y no Melendi.
De todos modos,los que nos gusta la buena música, tenemos ya cierta edad y trabajaremos en verano, lo agradecemos porque nos iremos después de Raimundo a la camita sin mayor remordimiento.
Un abrazo.
Ton
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