Tengo dos hijos negros como el carbón y la noche de Olduvai, ese lugar de donde todos procedemos; cada tarde llegan a casa y chapurrean inglés o galego y me traducen las cosas que aprenden en el cole. Cuando les miro nunca me preocupa “qué se sentirán” sino “cómo serán”, si entenderán que los idiomas sirven para entenderse, o no sirven y que ser un ciudadano es, fundamentalmente, ser una persona leal con los demás, generosa y con espíritu crítico y no alguien para quien todo se justifica en la “defensa de la patria”.
Quiero, naturalmente, que mis pequeños etíopes sientan el gallego como propio, aprecien su literatura y vibren con Berrogüeto. Serán unos privilegiados con dos idiomas propios, unos de ellos la lengua con más proyección futura, el español, el idioma que hablan cientos de millones de personas en varios continentes, y que Obama, Clinton o MacCain intentan al menos chapurrear, conscientes del poder hispano. Quiero que conozcan su historia, la de su país, que aprendan quién fue Pardo de Cela pero que no confundan su trascendencia con la de Carlos III y que les parezca lo mismo de terrible la miseria y la desigualdad en Honduras, el Chad o Muxía.
Imagino que les resultarán tan extraños algunos escritos de la Generación del 98 y su profunda reflexión acerca de España como aquellos versos de Cabanillas “antes de ser escravos, irmáns, irmáns galegos, que corra o sangue a regos dende a montaña ó mar”. Quizás la Patria, esa construcción a medias entre la Historia y la (mala)literatura, no sea tan importante para quienes encuentran la suya, la de las ilusiones y los sentimientos verdaderos, a miles de kilómetros del cielo que les vio nacer. Quizá sientan un nudo en la garganta al oír el himno gallego, pero me gustaría que no olvidaran que todos los que nos sentimos “ciudadanos” guardamos un homenaje eterno a aquellos franceses que nos regalaron la primera revolución que nos pensó iguales, libres y solidarios. Unas ideas que, afortunadamente, triunfaron por Europa al margen de las fronteras y los colores de las banderas. Y que hoy seguimos empeñados en extender al conjunto del planeta.
Tengo, aunque sea en la memoria, un padre que sólo usaba el español para cantar rancheras y nunca jamás he tenido o sentido dificultad alguna a la hora de hablar en gallego, ni me parece un idioma menor. Igualmente, creo que nadie habló de Galicia ni “escribió” a Galicia como Torrente Ballester, aunque lo hiciera en castellano. Por otra parte, juro que jamás he oído a nadie de mi familia –en su gran mayoría galego falantes- ni en mi barrio, el Agra del Orzán, decir “obrigado”, “grazas” o “deturpar”. Y un idioma debe ser propiedad de los ciudadanos; si se construye lejos de lo que ellos utilizan probablemente lo entiendan como ajeno o artificial.
No me parece mal que a mi ciudad se le cambie el nombre oficial desde un Parlamento autonómico, legítimo y democrático. Sí me sorprende que quienes han gastado tanto empeño en defender “A Coruña” como única fórmula válida no apliquen igual celo a la hora de hacer lo propio con la forma “Galicia”, la única legal. Tampoco me parece que la ciudad sea “más auténtica” o “más gallega” por llamarse A Coruña. Nuestra ciudad creó las Irmandades da Fala, acogió la Academia Galega, alumbró la Cova, fue cuna de grandes intelectuales galleguistas y aún lo es – Manuel Rivas, por ejemplo-. Pero la ciudad es también la Pardo Bazán, Madariaga, Santiago Casares, Villaverde, Porlier, Emilio González y tantos otros cuyo ideario no tenía tanto que ver con banderas y patrias como con el republicanismo cívico, el europeismo y una cierta idea de comunidad cosmopolita que se ha ido transformando en los diferentes siglos pero que ha dejado un sello imborrable en la ciudad y en sus instituciones.
No estoy segura de que este vaya a ser el nombre definitivo de nuestra ciudad. Quizás dentro de cien años otras legítimas instituciones la nombren de manera diferente, pero será la misma y también tendrá intelectuales que propugnen la idea de que más allá de las banderas inflamando los corazones, la patria son las personas. Sólo las personas. Las que remontan sus raíces a varias generaciones y los que acaban de llegar desde Gondar.
Quiero, naturalmente, que mis pequeños etíopes sientan el gallego como propio, aprecien su literatura y vibren con Berrogüeto. Serán unos privilegiados con dos idiomas propios, unos de ellos la lengua con más proyección futura, el español, el idioma que hablan cientos de millones de personas en varios continentes, y que Obama, Clinton o MacCain intentan al menos chapurrear, conscientes del poder hispano. Quiero que conozcan su historia, la de su país, que aprendan quién fue Pardo de Cela pero que no confundan su trascendencia con la de Carlos III y que les parezca lo mismo de terrible la miseria y la desigualdad en Honduras, el Chad o Muxía.
Imagino que les resultarán tan extraños algunos escritos de la Generación del 98 y su profunda reflexión acerca de España como aquellos versos de Cabanillas “antes de ser escravos, irmáns, irmáns galegos, que corra o sangue a regos dende a montaña ó mar”. Quizás la Patria, esa construcción a medias entre la Historia y la (mala)literatura, no sea tan importante para quienes encuentran la suya, la de las ilusiones y los sentimientos verdaderos, a miles de kilómetros del cielo que les vio nacer. Quizá sientan un nudo en la garganta al oír el himno gallego, pero me gustaría que no olvidaran que todos los que nos sentimos “ciudadanos” guardamos un homenaje eterno a aquellos franceses que nos regalaron la primera revolución que nos pensó iguales, libres y solidarios. Unas ideas que, afortunadamente, triunfaron por Europa al margen de las fronteras y los colores de las banderas. Y que hoy seguimos empeñados en extender al conjunto del planeta.
Tengo, aunque sea en la memoria, un padre que sólo usaba el español para cantar rancheras y nunca jamás he tenido o sentido dificultad alguna a la hora de hablar en gallego, ni me parece un idioma menor. Igualmente, creo que nadie habló de Galicia ni “escribió” a Galicia como Torrente Ballester, aunque lo hiciera en castellano. Por otra parte, juro que jamás he oído a nadie de mi familia –en su gran mayoría galego falantes- ni en mi barrio, el Agra del Orzán, decir “obrigado”, “grazas” o “deturpar”. Y un idioma debe ser propiedad de los ciudadanos; si se construye lejos de lo que ellos utilizan probablemente lo entiendan como ajeno o artificial.
No me parece mal que a mi ciudad se le cambie el nombre oficial desde un Parlamento autonómico, legítimo y democrático. Sí me sorprende que quienes han gastado tanto empeño en defender “A Coruña” como única fórmula válida no apliquen igual celo a la hora de hacer lo propio con la forma “Galicia”, la única legal. Tampoco me parece que la ciudad sea “más auténtica” o “más gallega” por llamarse A Coruña. Nuestra ciudad creó las Irmandades da Fala, acogió la Academia Galega, alumbró la Cova, fue cuna de grandes intelectuales galleguistas y aún lo es – Manuel Rivas, por ejemplo-. Pero la ciudad es también la Pardo Bazán, Madariaga, Santiago Casares, Villaverde, Porlier, Emilio González y tantos otros cuyo ideario no tenía tanto que ver con banderas y patrias como con el republicanismo cívico, el europeismo y una cierta idea de comunidad cosmopolita que se ha ido transformando en los diferentes siglos pero que ha dejado un sello imborrable en la ciudad y en sus instituciones.
No estoy segura de que este vaya a ser el nombre definitivo de nuestra ciudad. Quizás dentro de cien años otras legítimas instituciones la nombren de manera diferente, pero será la misma y también tendrá intelectuales que propugnen la idea de que más allá de las banderas inflamando los corazones, la patria son las personas. Sólo las personas. Las que remontan sus raíces a varias generaciones y los que acaban de llegar desde Gondar.
15 comentarios:
Quizá nuestros hijos no lleguen a leer a los literatos del 98, de 1898, porque incluso los del 1998 les parecerán obsoletos, desfasados o antediluvianos.
Por eso yo casi me conformaría con que fuesen educados y respetuosos, que no es poca cosa.
Con respecto a las patrias y las banderas, creo que da usted en el clavo. Las patrias son las personas.
Cuidado con los patriotas, los salvapatrias y los mediocres que palían su falta de sustancia agarrándose a una bandera como un naúfrago al salvavidas o usándola como arma arrojadiza.
No conocía esa frase de Ramón Cabanillas.
Siga descansando en paz D. Ramón.
Quizás habría que repensar algunos conceptos que, por heredados y sujetos a cierta tradición basada en nuestra educación sentimental, parece que damos por totalmente asumidos e inmutables. El galleguismo, tal como lo entendieron sus iniciadores, es uno de ellos. Habría que reelaborar el mismo concepto de nación, comunidad y lengua. Digamos que, no es lo mismo considerar a la comunidad como un espacio abierto, permeable, capaz de apropiarse de múltiples influencias foráneas y, al mismo tiempo, generador de una nueva cultura mixta e híbrida, que el, ya viejo, concepto melancólico de nación asoballada, en perenne lucha por sus pisoteadas ancestrales señas de identidad.
Sí, los nuevos gallegos pueden tener la piel oscura y ser depositarios y generadores de una moderna sociedad cuya energía y vitalidad se expanda por ahí fuera. No olvidemos que la actual riqueza de las comunidades hispánicas-Cataluña, Galicia, Andalucía...-es el resultado de múltiples oleadas de pueblos y civilizaciones-fenicios, griegos, romanos, visigodos, árabes, judíos-¿Por qué, entonces, parar el proceso? ¿Por qué no continuarlo? La fuerza y vitalidad del actual Brasil o de EE.UU se basa, precisamente, en es mistura de culturas y pueblos de diversos orígenes.
Sí, los nuevos gallegos pueden tener la piel oscura y hablar varias lenguas de forma desenvuelta y sin complejos.
Y el nuevo galleguismo se puede concebir como una firme apuesta por un futuro de esplendor y brillantez cultural, por un esfuerzo colectivo por lograr una sociedad sin fracturas y solidaria, inserta en España, en Europa, en el mundo.
Las generaciones actuales, más atentas al futuro que al pasado, basadas en una actitud social bañada de tolerancia, en el dejar vivir, en la mezcla cultural, en la falta de prejuicios sociales, en el respeto a las minorías, son los heraldos de un nuevo galleguismo, moderno, liberal, abierto y atento a todas las positivas infecciones culturales foráneas.
Porque la mejor manera de no traicionar el rico legado de Rosalía y Pondal, de Valle-Inclán y Torrente Ballester es facilitar que surjan los poetas y los músicos, los novelistas y los cineastas que décadas más tarde se considerarán clásicos de nuestro arte y literatura, y que, entonces, más que nuestra, será ya universal y patrimonio de toda la humanidad.
Desde un punto de vista lingüístico mejor hablar de castellano que de español , ya que "español" serían todas las lenguas que se hablan en el Estado español , es decir , el castellano , el gallego , el catalán y el euskera.
Desde un punto de vista político sí podríamos hablar de "español" como habla la Constitución , pero esa es otra historia …
La patria … Como decía Stanley Kubrick , en Senderos de Gloria, “El patriotismo es el último refugio de los canallas”.
Como bien dices , la patria son las personas , aquellas con las que compartes una aldea global , que no entiende de fronteras ni de banderas o de razas , sólo de personas.
Las normas emanan de los parlamentos, y además de adaptarse a la realidad y su contexto jurídico, son producto de una interpretación política. Con todo lo que eso supone.
Someramente, mi reflexión personal solo indicaba que no me parecía democrático que algo existencialmente propio de una ciudad, como bautizarse, era una decisión que solo podía tomar su propia ciudadanía.
De la misma manera que sería absurdo que algún día a España la bautizaran desde el Parlamento europeo, porque no sería democrático, igualmente sucede con los nombres de los municipios.
Todas las normas, por el mismo sentido democrático, tienden a hilar el corpus social que toma la decisión con la zona de impacto de la norma (quien recibe su efecto), si no, hablamos de imposición pura.
Saludos.
Apreciada e admirada Mar:
Creo que cometeís o mesmo erro os do PSdG e os do BNG. é a mesma ofuscación: A Coruña vs Galiza.
Debemos de aprender da nosa historia e achegas brillantes exemplos.
Persoas como os teus preciosos fillos son as que me preocupan moito: é un dos meus debates permanentes cos meus amigos.
Desexo firmemente deixar ás futuras xeracións unha sociedade mellor que a que vivín e máis rica en todos os aspectos.
A riqueza do idioma e a súa cultura é un factor relevante e determinante que os da miña xeración non tivemos a sorte de recibir.
Os principios que emanan da Constitución débense de articular a través de engrenaxes, entre outros, como a lingua e noso "acervo" cultural.
As persoas que vivis da política deberiais comprender que non é divertido oir as os políticos discutindo e impondo asuntos relevantes que deben ser tratados doutra forma.
Creo que a perdida de tempo de Paco Vázquez custounos tempo e diñeiro a todos os contribuíntes e ademais contribuíu a que a nosa presenza nas urnas baixase notablemene.
Agora apareceu outra absurda discusión ao redor de "Galicia ou Galiza" que só prexudicará ao BNG e a quen enarbore a bandeira desa discusión.
Eu vivo en Galicia e encantado na Coruña
Mar, estoy de acuerdo en parte con tu post, pero muchos ciudadanos echamos de menos que los politicos del PSOE os manifesteis respecto a la libertad de elección en materia de idioma. En Galicia coexisten dos idiomas, y los ciudadanos debemos tener la libertad para elegir cual usamos en todos los ambitos de la vida. Hay conceptos como "lengua propia" que son totalitarios, las lenguas no pertenecen a nadie, las personas las aprehendemos por su mero uso, en un acto personal e intimo en el que ningun poder esta legitimado para interferir.
Por cierto, va al condenar nuestro Presidente, Sr.Touriño, la agresión sufrida por José Manuel Pousada en su vehiculo y en el garaje de su casa???
Apertas agarimosas.
Mar, pódesme explicar que é iso de galeguismo cívico? Eu só coñezo galeguismo. O galeguismo é cívico por si mesmo, senón sería un autoritarismo. É para diferenciarse dos do Bloque? Porque se é para iso non o entendo. Os do Bloque son nacionalistas, non galeguistas (en xeral e estatutariamente).
E aínda que foran galeguistas serían cívicos, non? Digo eu que non serán INcívicos, ou si?
Apertas,
Bernabé
Peter Pan, estoy completamente de acuerdo de que lo importante son las personas, nunca los territorios, yo, por eso defiendo a España desde una perspectiva ciudadana y politica, como una unión de ciudadanos libres e iguales ante la ley. Como muy bien argumenta Arcadi Espada, España se explica por una trama de afectos entre personas, y precisamente lo que cohesiona y sirve de vehiculo a esa trama es el idioma común a todos los ciudadanos que habitamos España, por eso, yo creo que los nacionalismos racistas y separatistas atacan a ese idioma común, precisamente para disgregar esa trama afectiva donde lo que importa son las personas no los territorios.
Saludos a todos.
Quería puntualizar que neste caso falas de republicanismo cívivo, pero saco o tema porque "galeguismo cívico" é un termo, que non comprendo, que aparece moito nos documentos da nosa organización.
Apertas,
Bernabé
Al hilo de lo que plantea Bernabé, yo no tengo claro que es ni republicanismo, ni nacionalismo.
Por otro lado, yo creo que en la politica actual se fabrican conceptos vacuos y rimbombantes como los aludidos, que son frutos del puro marketing de los asesores.
Tampoco entiendo la equiparacion de algunos partidos de izquierda entre republica y frente popular.
Salud.-
Ciudadana del mundo,
mujer,
socialista,
republicana,
gallega,
feminista...
Sin jerarquía, todos se complementan, se enriquecen, la filosofía humanista del socialismo, cierto, no habla ni de fronteras, ni de banderas...habla de identidades que se nutren mutuamente, que crecen juntas...
totalmente
totalmente
de acuerdo.
bien lo de Galiciabilingue me pareceunachorradapuesen Galiciahay libertad para usar cualquieridioma.Loque me parecería gravísimo seía el tratar de imponer un idioma por encima de otro "jaleado" por autenticos TALIBANES MEDIATICOS
Un par de aclaraciones acerca de algun comentario publicado por invitados...
En primer lugar no creo tener nada en común con Arcadi Espada, eh!. Yo defiendo la existencia de varias lenguas, de su riqueza, de que la diversidad y pluralidad en España es una de sus mayores fortalezas. Bien distinto es intentar negar que el castellano - gracias por la acertada puntualización, Manuel- está en un gran momento y que es nuestro mejor vehículo, no sólo para comunicarnos con medio mundo sino para proyectar nuestros intereses culturales, empresariales, políticos...
Yo no soy en absoluto nacionalista, pero no creo que haya habido mayor imposición "pseudo cultural" y totalitaria que la que el franquismo implantó. Buena parte del rechazo de algunos sectores a parte de la cultura española es una reacción a aquella miopía intelectual, aquel creer - por otra parte común a todos los imperios- que sin una lengua única, sin una cultura uniforme, sin una identidad sin diferencias, no era posible SER UNA NACIÓN.. Y todo eso mientras se aplastaba cualquier indicio de pensamiento libre...
Hoy, por cierto, aquel estúpido "nacionalismo español" ramplón y más bien "planito" desde el punt de vista cultural, lo defienden algunas plataformas, con la disculpa de defender la "libertad de idioma" y algunos sectores de la derecha, al grito de "se rompe España". Pero también es cierto que una parte del nacionalismo catalán, gallego y vasco eligen a veces el mismo camino de la imposición ciega y la "reinterpretación histórica" que en tiempos menos felices para la Democracia... y claro, el resultado es nefasto... todo lo que se impone es rechazado, aunque sea propio. Serrat, interrogado a cerca de en qué idioma prefería cantar, si en español o en catalán contestó "en el que me prohiben". Pues eso.
Y una cosa más, a los que preguntais qué es el republicanismo cívico permitidme que os recomiende, no ya la lectura de Philip Petit, que doy pr hecho que le conoceis, sino la de los franceses republicanos, que hace más de dos siglos enunciaron principios en torno a los cuales se desarrolló buena parte del pensamiento progresista europeo. "Antes de ser soldado todo francés es un individuo con derechos ciudadanos, para el conocimiento de los cuales será preciso educarlo como integrante pleno de la nación; sólo entonces podrá armarse para sostener y defender esos derechos".. Alexis de Tocqueville, aristócrata francés de origen normando, nacido en 1859 y demócrata convenciado. Ya ves... De ahí a los escritos de la socialdemocracia europea, documentos del PSOE ya actual... en fin... ahí teneis las definiciones.
En cuanto al gelleguismo cívico, no deja de ser heredero de la tradición republicana y federalista, defendida por el PSOE a lo largo de todo el siglo XX. Por cierto, es cierto que no son sinónimos Frente Popular y Repúclica, pero no lo es menos que el Frente Popular propuso las medidas modernizadoras más importantes de la primera mitad del siglo XX, que igualaban España al resto del continente en cuanto a conquistas sociales y en términos de igualdad. Y no es menos cierto que el PSOE formó parte esencial de ese Frente Popular, que para nosotros siempre estará en nuestra memoria más querida.
Hola buenas tardes,
Mar matizar tus ultimos comentarios
-En primer lugar no creo tener nada en común con Arcadi Espada, eh!
Arcadi parece ser algo negativo, eh!!
-Yo defiendo la existencia de varias lenguas, de su riqueza, de que la diversidad y pluralidad en España es una de sus mayores fortalezas.
Completamente de acuerdo, pero siempre con libertad de elección.
- Yo no soy en absoluto nacionalista, pero no creo que haya habido mayor imposición "pseudo cultural" y totalitaria que la que el franquismo implantó.
Matizar el franquismo no era una dictadura totalitaria sino autoritaria. Totalitarismo implica concebir la sociedad como un todo, donde las personas son meros instrumentos subordinados a la masa social, Franco se limitó a imponer su autoridad a sangre y fuego. Totalitarios pej han sido Hitler, Stalin, Castro...
-"Antes de ser soldado todo francés es un individuo con derechos ciudadanos, para el conocimiento de los cuales será preciso educarlo como integrante pleno de la nación; sólo entonces podrá armarse para sostener y defender esos derechos".. Alexis de Tocqueville, aristócrata francés de origen normando, nacido en 1859 y demócrata convenciado. Ya ves... De ahí a los escritos de la socialdemocracia europea, documentos del PSOE ya actual... en fin... ahí teneis las definiciones.
Ahora los socialistas os apropiais de un precursor del liberalismo!!!, del mismisimo Tocqueville.
-En cuanto al gelleguismo cívico, no deja de ser heredero de la tradición republicana y federalista, defendida por el PSOE a lo largo de todo el siglo XX.
Lo del federalismo es algo bastante extraño a la Historia de España.
-Por cierto, es cierto que no son sinónimos Frente Popular y Repúclica, pero no lo es menos que el Frente Popular propuso las medidas modernizadoras más importantes de la primera mitad del siglo XX, que igualaban España al resto del continente en cuanto a conquistas sociales y en términos de igualdad. Y no es menos cierto que el PSOE formó parte esencial de ese Frente Popular, que para nosotros siempre estará en nuestra memoria más querida.
Dentro esa memoria querida del FP incluyes las chekas???
Me llaman la atención algunas puntualizaciones que se le hacen a este post por parte de un invitado:
- la diferencia entre autoritarismo y totalitarismo están más en el resultado final que en la propuesta inicialdel "aparato del régimen". Otra cosa es que el franquismo hubieran tenido menos éxito a la hora de conseguir que la sociedad española fuera un todo homogeneo y en convertir a las personas "en meros instrumentos para la masa social". Hombre, intentar lo intentaron.. cosa bien distinta que no lo lograran (Falange, OJE, Iglesia, censura, manipulación cultural, manuales de educación...)
- Yo no digo que Espada sea "negativo", digo que no tengo demasiadas cosas en común con él. Ni con él ni con otras personas que seguro que son "muy positivas" aunque no esté de acuerdo con ellas
- los socialstas no nos apropiamos del "ideario liberal" compartiendo una parte del pensamiento de Tocqville. Los liberales actuales defienden - supongo- las ocho horas de trabajo diarias, el voto femenino y la discriinación positiva de determinados grupos sociales - por ejemplo las personas de discapacidad- y ello no quiere decir que "usurpen" el ideario socialista o feminista... no?.
- Y no, no defiendo las "checas", no,ni el golpe de Estado de Franco, ni la guillotina, ni el exilio, ni la persecución, ni el enfrentamiento civil armado. No. Y obviamente siempre duelen más los errores propios que los ajenos. Por lo menos a mi.
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