Hacía más de treinta años que ningún jugador ganaba con tanta contundencia la final de Roland Garros, y probablemente nunca nadie había endosado tal marcador al número uno del mundo en la pista central de Paris. Rafa Nadal lo hizo. Salió a ganar sin discusión, a demostrar que sobre la arcilla ni siquiera Federer le hace sombra.
Era su cuarto trofeo consecutivo en el santuario de la tierra batida. Al igual que Borg, aquél magnífico deportista que revolucionó el tenis allá por los setenta y que reinó en Paris durante años, Rafa ganó sin ceder ningún set en el torneo y lo mismo que el sueco lo hizo por cuarto año consecutivo.
Nadal salió, jugó, arrasó al suizo y cuando terminó el partido sencillamente alzó los brazos y saludó al público que contemplaba atónito el espectáculo. Rafael Nadal no exageró su felicidad; enfrente estaba el número del mundo, aunque ayer no tuvo su tarde, y en la grada Björn Borg, la leyenda viva del tenis se preparaba para entregarle su cuarto Roland Garros.
Así que Rafa debió pensar que ante todo, el deporte es respeto por los grandes, incluso cuando uno les pasa por encima o iguala su hazaña. El tenista español es grande hasta en los detalles, hasta en saber celebrar una victoria sin exagerar, sabiendo que ser un número uno es también serlo como persona. Grande, Rafa.
Era su cuarto trofeo consecutivo en el santuario de la tierra batida. Al igual que Borg, aquél magnífico deportista que revolucionó el tenis allá por los setenta y que reinó en Paris durante años, Rafa ganó sin ceder ningún set en el torneo y lo mismo que el sueco lo hizo por cuarto año consecutivo.
Nadal salió, jugó, arrasó al suizo y cuando terminó el partido sencillamente alzó los brazos y saludó al público que contemplaba atónito el espectáculo. Rafael Nadal no exageró su felicidad; enfrente estaba el número del mundo, aunque ayer no tuvo su tarde, y en la grada Björn Borg, la leyenda viva del tenis se preparaba para entregarle su cuarto Roland Garros.
Así que Rafa debió pensar que ante todo, el deporte es respeto por los grandes, incluso cuando uno les pasa por encima o iguala su hazaña. El tenista español es grande hasta en los detalles, hasta en saber celebrar una victoria sin exagerar, sabiendo que ser un número uno es también serlo como persona. Grande, Rafa.
4 comentarios:
Es increible lo que ha madurado este muchacho
Lo que más me llama la atención es la sencillez de este muchacho frente a la estupidez de muchos presuntos astros del balón.
E hoxe 4-1 conta Rusia!!!
Unha aperta,
Bernabé
Hagamos justicia a los del "balón grande"... 4-1. España bien!, Villa genial. Puxe Asturies!!!!!
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