sábado, 21 de abril de 2012

LA ÚLTIMA CHABOLA


Julio 2007 . En el verano de 2001 se inicia el censo definitivo sobre el que se va a realizar el desalojo del poblado de Penamoa. Dicho censo arroja un total de 99 familias, más de 500 personas.Todas las familias realizan, al menos, 2 entrevistas presenciales con técnicos del Equipo de Chabolismo, con el fin de conocer la viabilidad de su integración y su disposición a abandonar el poblado.

Enero 2008 – Se perfila el Plan Especial de Penamoa que contempla la creación de una Comisión de Integración Permanente que actúe como órgano de análisis e integración de dicho proceso. Dicha Comisión estará presidida por el psiquiatra Fernando Márquez (que, posteriormente, dirigirá el proceso de elaboración del Pacto Cívico) y en ella estarán presentes las Delegaciones de la Xunta de Galicia de Vivenda, Sanidade y Benestar, técnicos municipales, la Federación de AA.VV., entidades vecinales afectadas: Ventorrillo, Eirís, Novo Meosior y Rosales; representantes del asentamiento Penamoa; entidades sociales: ACLAD, Antonio Noche y Secretariado Gitano y la Subdelegación del Gobierno.

Paralelamente y de manera interna se crea una Comisión Municipal en la que intervienen las concejalías competentes en el proceso de realojo, desde Servicios Sociales hasta medio Ambiente, con el fin de coordinar las actuaciones a lo largo del periodo de actuación. Dicha Comisión analiza los expedientes de aquellas familias que desean integrarse en el Plan Especial de Penamoa y que presentan unas condiciones económicas y sociales que hacen viable su paso a una vivienda normalizada. Los expedientes que superen este requisito son analizados en la Comisión de Integración Permanente

Se amplia el Equipo de Chabolismo de forma que, cuándo se implante el proceso de realojo, habrá 9 técnicos trabajando en exclusiva para este proceso. Asimismo, se crea una unidad especial de policía local para que controle en el término municipal cualquier intento de nuevo asentamiento.

Mayo 2008 – Primera reunión de la Comisión de Integración Permanente. Las reuniones de la comisión de integración tenían lugar con una secuencia de 2 a 3 meses, y en cada una de ellas se revisaban una media de 7 expedientes

Julio 2008Se realojan las 5 primeras unidades familiares de Penamoa

Agosto 2008 – Se construye, a través de sistema modular, un centro cívico en Penamoa diseñado por Santiago Cirugeda para trabajar “in situ” con los habitantes del poblado

Septiembre 2008- Se presenta el proyecto en la Bienal de Arquitectura de Venecia

Enero 2009 – Se comienzan a derribar edificaciones y galpones que eran utilizados como lugares de tráfico de drogas. Cerca de 200 edificaciones destinadas a diversos usos fueron derribadas.

El plan de Penamoa se aceptaba de forma voluntaria y a finales de 2009, más del 50 % de los habitantes del Poblado lo habían firmado, comprometiéndose a cumplir una serie de requisitos.

El plazo para la adhesión al Plan Especial de Penamoa finalizó el 31 de diciembre de 2009. Fueron 79 las familas que se adhirieron al plan, mientras las otras 20 restantes decidieron no hacerlo.

Mayo 2010Se reúne por última vez la Comisión de Integración que dan el visto bueno a los expedientes definitivos. Antes de esta última reunión, los delegados de vivenda (la hoy concejala Rosa Gallego), sanidade, y benestar de la Xunta de Galicia decidieron abandonar dicha comisión con la excusa de que aquella reunión “era un paripé y no servía para nada”. En aquel momento más de 60 familias ya vivían en vivienda normalizada.

Junio 2010 – Se tramitan en los juzgados las órdenes de derribo de las viviendas que todavía seguían habitadas por chabolistas. En noviembre de 2010 comienzan los primeros derribos por orden judicial que no cesarían hasta julio de 2011.

20 de abril de 2012. Derribadas las últimas seis chabolas de Penamoa. El asentamiento chabolista es historia.

Hasta aquí el histórico de un proceso difícil, sensible y complejo en su resolución. Atrás quedaron miles de horas de trabajo, cientos de reuniones, aciertos, fracasos, temores.. algunas incomprensiones y un puñado de miserias que no merece la pena repetir pero que conviene no olvidar. La eliminación de Penamoa no fue el éxito de un equipo, ni de un gobierno, sino de una ciudad entera. El éxito de sus ciudadanos, del tejido social, de la buena gente que, conociendo los riesgos, asumió el reto de resolver uno de los problemas más vergonzantes – y vergonzosos- que generan las sociedades modernas. Enhorabuena a quienes lo hicieron posible. A los otros les queda el recuerdo de su indignidad. Y vivir con ese recuerdo.. que no es poca cosa.

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