jueves, 26 de abril de 2012

EL HOMBRE TRAQUILO


“Para ser elegido es necesario haber sido derrotado; para ser querido es preciso haber sufrido”. Quien así hablaba, François Hollande, podría convertirse el próximo 6 de mayo en el nuevo Presidente de la República francesa, en el contrapunto deseado a la señora Merckel  y, de paso, en la gran esperanza de la izquierda europea. El oscuro dirigente vencido en mil batallas, el “blandengue flamby” como le denominó la derecha, el anodino excompañero de la brillante Royal recorre estos días su país consciente de haber superado sus propias expectativas y de que, como él mismo decía, acabarán amándole quienes, como mínimo, le despreciaron.

Hollande es un resistente. Pero un resistente con ideas, con iniciativa y que siempre supo que había un lugar en el futuro del socialismo francés que le correspondía por pleno derecho. Tal vez por ello, este hombre al que sus camaradas y la prensa enterraron políticamente mil veces, no dudó en dar el salto cuando Strauss-Kahn, el antaño respetabilísimo Director del FMI dejó enterradas sus oportunidades políticas entre las sábanas de un lujoso hotel neoyorquino. Era 2010 y el socialismo francés recibía el enésimo revés desde que Jospin perdiera en la primera vuelta frente a Le Pen. Hollande presentó su candidatura entre el escepticismo de algunos y la sonrisa irónica de muchos.

 Cómo podía, el más que discreto “fontanero” del PS, alcalde de una localidad de apenas 15 mil hbs pensar en vencer a la Primera Secretaria, hija del mítico Delors, Martine Aubry?. Cómo podía, aquél cuille molle (sin agallas), como ella misma le llamó, ganar a la brillante economista, ex Ministra y actual alcaldesa de Lille?. Hollande no se amilanó; habló de unidad, apeló a la tranquilidad y al consenso, se rodeó de un potente equipo.. y ganó. 

Ahora, Europa entera mira a Francia con curiosidad. La izquierda mira a Hollande con esperanza. Cierto que el camino hasta el Elíseo no parece sencillo. El Frente de Izquierda cosechó peor resultado del esperado y tampoco la alternativa ecologista alcanzó un porcentaje relevante; pero sus líderes, Melénchon y Eva Joly han pedido ya a sus seguidores que voten al PS como barrera frente a Sarkozy y la extrema derecha. El todavía Presidente radicaliza su discurso dia a dia, en una búsqueda desesperada del voto frentista de Marie Le Pen, tras su magnífico 18%. El FN movilizó el voto de  la ultraderecha xenófoba, de una gran parte de los antisistema y a los votantes de antiguos feudos de izquierda, distritos con población humilde y antiguos asentamientos industriales hoy azotados por la crisis y el paro… los caladeros históricos de la extrema derecha, por otra parte. Pese a todo ello, Hollande prosigue su discurso propositivo y esperanzado: otra Europa es posible; otra salida de la crisis es necesaria frente al déficit cero enarbolado por los conservadores que, a todas luces, está frenando aún más la economía. Hay vida más allá de las recetas germanas. 

La señora Merckel, al igual que los líderes conservadores europeos, se negó a recibir, meses atrás, a François Hollande e intentó ningunearle para impedir su proyección como estadista. Puede que la próxima vez que los mandatarios de la derecha continental crucen el patio del Elíseo sea para estrechar la mano de un discreto burgués de provincias convertido en la gran esperanza de la izquierda del viejo continente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Forza para os socialistas franceses e quén nos dera un Hollande en España ou mesmo en Galiza.

Luis