jueves, 20 de enero de 2011

AL LORO!


El 21 de enero de 1986 una multitud se agolpaba en las calles de Madrid para acompañar al “Viejo profesor” en su último paseo. Rosas y claveles rojos portados por miles y miles de personas de los más variados sectores sociales rendían homenaje al hombre que había convertido la alcaldía madrileña en sinónimo de la honestidad en la vida pública y a la capital de España en referente de la España que asomaba a la modernidad. El duelo por Tierno Galván se transformó en algo más que un entierro, fue la visibilización de la pulsión conjunta de una ciudad y quienes le gobernaban, de los ciudadanos y la política.. Obviamente, eran otros tiempos…

Enrique Tierno Galván, doctor en Derecho y en Filosofía y Letras, jurista de prestigio, sociólogo, ensayista afinado y catedrático expedientado por el franquismo se convirtió en uno de los símbolos de la transición, igual capaz de traducir a Burke como de presentarse con Susana Estrada a dar un pregón y situar al Madrid de la movida como ejemplo de la reconciliación política y social. Tierno escondía, tras esa frágil apariencia, una voluntad de hierro y una contumacia infinita que afloró no pocas veces en el proceso de integración del PSP en el PSOE. Fueron tiempos difíciles y negociaciones laboriosas, pero del Partido Socialista Popular, el PSOE de los “jóvenes sevillanos” ganó nombres que luego serían esenciales en su propia historia, además del propio Tierno: José Bono, López Orozco o Pepe Blanco son sólo algunos de ellos.

Veinticinco años después cuánta falta nos hace el ejemplo de un hombre que quizás no fue tal cual le cuenta la leyenda, pero que, es innegable, nos enseñó a amar las cosas bien hechas, a beber en la Historia, nos enamoró con su cercanía, con su magisterio y colocó la ética y la honestidad en el frontispicio de la acción política. Dicen que Tierno no era tan perfecto.. es posible, pero quién lo es?.. al final, veinticinco años después en medio de esta crisis desoladora y rodeados de la desafección de una ciudadanía que no parece ya entender ni compartir absolutamente nada con la clase política, cuánto daríamos por leer de nuevo uno de sus bandos, por verle soltar patos en el Manzanares o por escucharle rozando ingenuamente la imprudencia: “el que no esté colocado que se coloque .. y al loro!”.

1 comentario:

xan de couzadoiro dijo...

todo un señor y por encima republicano.

salud y rpublica