domingo, 4 de julio de 2010

EL CAPITÁN DE MI ALMA


Minuto 56 en el Ellis Park. Cardozo, el gran lanzador de penalties de Paraguay, golpea el balón. Iker se lanza a su izquierda y bloca el balón. España se salva del agujero negro, de la sombra estremecedora que amenaza, una vez más, con robarnos la ilusión de pasar a semifinales… Minuto 88; de nuevo Cardozo y Casillas frente a frente y de nuevo “el gran Capitán” despeja el balón evitando el empate.. Les jeux son faits. La Campeona de Europa llega a semifinales por primera vez tras setenta años de sequía y decepción.

Tal conquista merecía épica semejante, así que la Selección nos deparó la peor de sus versiones para devolvernos el aliento en otra jugada mágica de un triángulo infalible: Iniesta, Pedro y Villa.. siempre Villa. Paraguay no era la perita en dulce que algunos presumían; los guaraníes nos prepararon una tela de araña pegajosa que apenas permitía respirar al mejor centro del campo de todo el mundo. Mientras tanto, Valdez y Cardozo esperaban la oportunidad de matarnos en algún contraataque fulminante, aliados con el jabulani juguetón y los nervios de una zaga que temía el gafe de tantos años expulsados en cuartos de final. Sin complejos y crecidos ante el despiste hispano, los paraguayos se decidieron a ponernos en problemas y desde luego que lo lograron..

Pero hace falta algo más que velocidad, corazón, ilusión, presión y sudor para ganarle a esta Selección española.. hace falta tapar todos sus huecos, que no tengan oportunidades, que no puedan pensar en ningún momento y que Casillas tenga una pájara. Y hoy Paraguay sólo acertó en la primera de las condiciones. Efectivamente, España no encontró huecos en la maraña de jugadores que diseñó Martín para frenar a “la roja”; el centro del campo cegado, los laterales sin espacio, los pases en corto eran demasiado cortos y los largos no llegaban a ningún sitio.. Pero no se cumplieron las otras tres.. España tuvo tres oportunidades claras: en una Xavi bombeó en exceso el balón que se marchó por poco; en otra Xabi Alonso marró el penalti repetido y a la tercera, Villa marcó su quinto gol en el torneo… España marcó porque Iniesta pudo pensar, al menos una vez.. pensó, corrió, cedió el balón al que no estaba en fuera de juego y permitió a Villa habilitarse para rematar el rebote fallido de Pedro. Gol. Tres postes, pero gol.

Pero sobre todo, España ganó porque recuperó a su capitán, al portero que le infunde seguridad desde el primer momento, al Casillas que para penalties, que saca manos imposibles, que tapa huecos, que intimida y le cubre las espaldas a sus defensas. España recuperó a su gran capitán y el equipo lo sabía, no en vano Reina y todo el banquillo saltaron a abrazar a Iker nada más finalizado el encuentro… Estaban en semifinales, habían hecho historia pero, por encima de todo, Casillas había vuelto.

Ahora espera Alemania y eso son palabras mayores.. La Alemania que Löw quiso que jugara como España, la del toque, la velocidad, la potencia y el descaro.. la de Ozil, Klose y Müller.. aunque sin Müller.. El miércoles la roja volverá a citarse con la historia y tendrá enfrente al equipo más temible de este Mundial, pero entonces será otra noche y otra historia.. De momento, sobre la mítica hierba del Ellis Park, aquella que pisó Mandela para abrazar a François Pienaar, la épica proclamó a España semifinalista sin sueños rotos, sin narices sangrantes ni goles fantasmas, sin lágrimas de pesar ni injusticias imperdonables.. semifinalista al fin… gracias a la magia de los grandes, al coraje de los fuertes y al valor de quienes no se rinden… Ahora, como Henley escribió una vez, ellos saben que son los dueños de su destino, los capitanes de su alma…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen comienzo