jueves, 8 de julio de 2010

EL PULPO INFALIBLE


El pulpo Paul acertó. Camino de la infalibilidad, el animalito se metió en la urna con la bandera española ante la mirada agria de los alemanes y “la roja” no quiso dejarle quedar mal ante sus compatriotas, que bastante ha hecho el bueno de Paul jugándose los tentáculos ante sus compatriotas. Como las previas de los partidos son largas y hay que llenar horas y horas de programación radiofónica, ayer escuchamos en las ondas las eruditas explicaciones de varios expertos oceanográficos, zoólogos, veterinarios y demás; al parecer los pulpos son animales inteligentísimos, con una capacidad muy por encima de lo que su aspecto nos dejara sospechar, aunque su manejo del lenguaje no está a la misma altura.

Quizá por esto último, el pulpo Paul no supo explicarnos el “cómo” de la victoria, no nos contó la apabullante superioridad de un equipo maduro, capaz de sorprender en cada envite y con posibilidades infinitas en sus planteamientos sobre el césped. El cefalópodo no pudo alertar a los suyos acerca de lo que se les venía encima; nada les dijo de la revolución que montó Pedro, de que “el mariscal” Alonso iba a bordar ayer su tarea - para brindársela, quizás, al gran Perico que le miraba desde la grada – ni de que si Villa no encontraba hueco, teníamos un arma secreta.. Puyol. Veintiseis años después de aquél cabeza agónico de Maceda que nos valía el pase a la final de la Eurocopa de Francia a costa de los alemanes, otro central los apeó de la gran cita.

Sin embargo, lejos estuvo, el enfrentamiento de ayer, de aquél recuerdo del 84. Nada que ver. España fue, justamente, la campeona que Löw temía y a la que lleva dos años intentando copiar.. El seleccionador alemán lo tenía claro antes del partido: “si no les disputamos la pelota, estamos perdidos”. Así fue. Ayer España no quería compartir el balón con nadie; Del Bosque, ese hombre tranquilo que a Florentino no le parecía suficiente para el Madrid, se guardó una baza insospechada, Pedro, y construyó un equipo que sólo tenía un aliado, el balón, que sólo miraba en una dirección, la de la portería contraria, y trenzó mil caminos para seguirla, aunque sólo uno, el de la leonina melena de Puyol, valía para llegar al destino.

Ayer todos los temores de Löw se hicieron realidad; Xavi se convirtió en el eje de todas las jugadas.. creó, pasó , ideó, descubrió.. Iniesta se alió con su amigo para dibujar líneas que a otros parecen imposibles y Pedro – nunca más Pedrito – con Villa convirtieron la defensa alemana en la habitación del pánico. Los “jugones” estaban tranquilos. Detrás, todo iba bien: Alonso, Piqué, Puyol y Busquets cerraban o abrían el acordeón según el momento; Casillas, el gran capitán, ha vuelto.. y hasta hubo bandas, para variar. Ayer sólo era cuestión de tiempo que el pulpo Paul consolidara su leyenda y que las vuvuzelas sonaran de nuevo, en honor de los mejores, de quienes mejor juegan al fútbol en este momento. Los cambios sirvieron para demostrar que esta Selección tiene infinitas maneras de mimar el balón, de quererlo y de retenerlo y que a esta generación no hay nadie capaz de robarle el sueño de jugar una final mundialista. Torres ofreció espacio y zancada, Silva toque y peligro, Marchena su talismán… y en el banquillo otros tantos héroes detrás de Pepe Reina, ese que lleva en la mirada el perfil de la Copa del Mundo.

Nuestro amigo Paul no había contado nada de todo esto; sino, tal vez, Löw hubiera cambiado de jersey, consciente de que contra esta España hace falta mucho más que un hechizo.. hace falta quitarles el alma, robarles la pelota, esconderle la brújula a Xavi, atarle las piernas al “guaje”, cortarle la melena a Ramos, poner nervioso a Busquets, asustar a Puyol.. congelar al banquillo.. Pero los alemanes, a pesar de llevar dos años intentándolo, todavía no saben “cómo”.. probablemente, nadie sepa aún “cómo” se para a esta Selección. De todo esto el pulpo no contó ni media palabra… Ahí estuvo más acertado Maradona, cuya verborrea es superior a la del octopus, “cualquiera diría que venimos sólo a pelear por saber quién jugará la final contra España”, dijo con media chufla, cuando la albiceleste iba a comerse el mundo y antes de colocar a Messi de pivote… Pues va a ser que sí…

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