martes, 1 de junio de 2010

EL TSUNAMI


La derecha está en campaña. No sólo la derecha política, sino la económica, la mediática y la social han metido la directa dispuestos a no dar tregua ni a Zapatero ni al PSOE en su asalto al poder en España. Basta echar un vistazo a las páginas de los periódicos cada mañana, escuchar las tertulias radiofónicas o sentarse – quien tenga paciencia – frente a los programas de debate de las múltiples cadenas que la TDT nos ha descubierto para percibir con toda claridad la estrategia electoral de los conservadores y sus tácticas en cada uno de los frentes.

La derecha política, el PP, ha decidido no moverse. Rajoy, ese “corcho” político experto en supervivencias al límite, sabe que su camino se allana con cada silencio. Los populares son conscientes de la fidelidad de sus votantes y evitan movilizar a la izquierda con cualquier propuesta que pueda enseñar la famosa “agenda oculta” de la derecha. Una medida fiscal inadecuada, un recuerdo inconveniente a los decretazos de los Gobiernos Aznar o un movimiento que nos deje percibir el alma económica de los populares podrían dar al traste con el éxito electoral que les auguran las encuestas.

Rajoy no se mueve mientras sus peones autonómicos, en lugar de gobernar, emplazan a Zapatero a dimitir, manteniendo un pulso diario en todo el Estado. La estrategia del PP nacional es tan medida que incluso el dia D, en que toda Europa miraba al Congreso de los Diputados, Rajoy se negó a respaldar al Gobierno, en un gesto cuya rentabilidad sólo puso en entredicho el discurso de Durán i Lleida. Muchas voces dudaron entonces de que el principal partido de la oposición hubiese acertado al optar por el voto negativo en lugar de aparecer como una fuerza dispuesta a asumir cierta responsabilidad en un momento crítico para el país. Si CiU triunfó en el Hemiciclo, el aparato mediático conservador no ha dudado en descalificar su actitud ni en achacar a los catalanes intereses inconfesables.. Cualquier cosa antes de asumir que los nacionalistas demostraron más sentido de Estado que quien aspira a presidir, un día, el Gobierno de España – y se hartó de llamarles separatistas…- .

Si la dirección política se mantiene estática, la derecha económica hace otro tanto en la Mesa de Diálogo social. Conscientes de la exigencia del momento y de que si no hay acuerdo con los sindicatos el Gobierno tendrá que optar por forzar la reforma en un Decreto, el empresariado se mantiene sin ceder un milímetro, sabiendo que cada día que pasa está más lejos el acuerdo y más cerca la decisión en el Consejo de Ministros. En este contexto, los dirigentes sindicales ven cómo la pelota no se mueve de su tejado, en una situación que no les deja apenas margen: si no cierran el acuerdo las reformas se harán sin ellos. Si hay huelga general el perjudicado será el Gobierno socialista. Si gana Rajoy, los perjudicados serán sindicatos y trabajadores.

Mientras Mariano y la patronal se sientan a esperar, la derecha mediática no descansa. Objetivo: consolidar la sensación de que no hay vuelta atrás; el Gobierno Zapatero está finiquitado y sólo hay una posible solución, el triunfo del PP. Tsunami, vuelco electoral, mayoría absoluta, fin de ciclo, cadáver político… cada afirmación tiene un sentido y un “público objetivo”. Así, la publicación de encuestas con datos demoledores para los gobiernos autonómicos socialistas y para algunas alcaldías tienen más destinatarios dentro del PSOE que fuera.. en este caso el objetivo es generar nerviosismo entre quienes van a someterse a las urnas en el 2011 y enviarles un mensaje claro: si no quieres perder tú, presiona a Zapatero para que convoque elecciones anticipadas.

Porque en el fondo muchos saben que esta estrategia depende, para su éxito, del adelanto electoral y son conscientes de que le tiempo corre a favor del Gobierno socialista. Si no precipitan su caída, es posible que Rajoy acabe desdibujado y una generación del PP entera laminada esperando el gran momento. Peo dicho esto, conviene que los socialistas y la izquierda española seamos conscientes de lo que nos jugamos y de la responsabilidad que tenemos en este momento. La crisis no espera y los ciudadanos nos miran exigiéndonos respuestas. Debe hacerse una reforma del mercado laboral amplia y duradera y debe lograrse con un acuerdo sindical; nadie mejor que quienes conocen de primera mano las debilidades del mercado de trabajo español para diseñar las respuestas precisas. Además, o lo hace la izquierda o, tarde o temprano lo hará la derecha y con menos sensibilidad social.

Es inaplazable una reforma fiscal profunda que demuestre a los ciudadanos la voluntad inequívoca del Gobierno de utilizar las “luces largas” a la hora de proponer soluciones con recorrido para generar ingresos y dotar de sostenibilidad al Estado del Bienestar. No hay bienestar sin impuestos, ni justicia ni equidad. Y no hay comprensión ciudadana sin pedagogía política; hay que explicar por qué y para qué sirven los impuestos. Es el momento de plantear propuestas sobre modelos de gestión de servicios públicos, cofinanciación, racionalización de las infraestructuras, el peso del conocimiento en el desarrollo de un país y la imparable potencia de la formación humana como garante del mismo. Es tiempo de reflexionar acerca del futuro de la sostenibilidad del modelo energético y de las posibilidades futuras del planeta si olvidamos que un tercio de los países necesitan de la cooperación internacional para salvarse del hambre.

Es el momento de racionalizar las administraciones, evitando el falso debate sobre “lo caro que es el estado de las autonomías” y sin soluciones importadas tipo “reduzcamos a un tercio el número de ayuntamientos”. Pero es cierto que tres décadas y media de democracia nos han dejado lecciones suficientes para que podamos aprovecharlas en estos momentos: racionalización de las instituciones, agilización de procedimientos, economía de recursos, reparto competencial, austeridad.. tenemos elementos sobre los que sostener una nueva y moderna administración y fórmulas de gestión y gobernanza sostenibles y comprensibles en estos momentos.

Hace unos días lo decía Touriño en una conferencia y lo explicaba Estefanía en un magnífico artículo. La crisis interpela a la izquierda; sobre todo a la izquierda. Nos exige reflexión, pensamiento, propuestas, coraje y consciencia de la oportunidad de que las reformas pendientes se lleven a cabo desde una perspectiva progresista.. si no es así, un día Rajoy, a base de mirar por la ventana, acabará presidiendo el Consejo de Ministros… y eso sí que sería un tsunami…

7 comentarios:

Eduardo dijo...

Moi de acordo. Pero, ata o de agora, o capitalismo é o gran beneficiado desta crise que provocou. Sen embargo os grandes prexudicados son os pensionistas e funcionarios, ademais de recuar con algunha medida social exemplar e sinal de identidade de ZP. En fin, son moi malos pero poderosos e parece que intocables.

Anónimo dijo...

¿Y todo esto para decirnos que la culpa es del pp? suena un dicurso anticuado y como se esta viendo en las encuestas no les funciona.cambien de chip y diganle a su lider,de momento,Zapatero que se ponga las pilas que no queremos que nuestro país este a niveles de Letonia,Hungría o Mozambique.

Xabier Pita Wonenburger dijo...

Después de desaprovechar una oportunidad histórica para cambiar Galicia, después de reducir a la mínima expresión la democracia interna y la participación no queda más remedio que decirles a TODOS los que llevan años enganchados a la poltrona: ¡Marchaos a casa!

asreflexions dijo...

Y el PP juega exactamente a eso. Aznar el otro día en una entrevista a la CNN dijo que "el problema es la falta de credibilidad de España". A renglón seguido rechazaban (previo montaje de un circo en el Senado) las propuestas del Gobierno. En Europa, al igual que en España, todos los Gobiernos europeos han tomado medidas muy similares, y muy duras.
No lo dice el PSOE, lo piensan TODOS los grupos políticos de España y Duran i Lleida de CIU se lo dijo claro a Rajoy: "Han perdido ustedes la oportunidad de presentarse como alternativa". Y es verdad que el gobierno ha cometido errores de descoordinación, y ha sido muy criticado. Pero es que los otros pudiendo ayudar, empeoran, y eso es lo dudoso. Tratar de sacar tajada a cualquier costa es lo que parece realmente difícil de explicar.

asreflexions dijo...

No somos ni Letonia, ni Hungría ni Mozambique como dice un "anónimo".
No somos Grecia y además no nos parecemos a ninguno de esos países. Ni nos vamos a parecer. Y decir lo contrario es mentir, y lo único que conseguimos minitiendo es -como hacen ciertas agencias de calificación- rebajar la nota del país a costa de transmitir al mundo una imagen negativa. Lo que ya no se podrá negar es que esa imagen negativa viene en parte apoyada desde dentro del propio país.

asreflexions dijo...

Y sí, de hecho es una putada. La izquierda, los ciudadanos en general, saben que el Psoe puede que ahora mismo vaya "perdiendo en las encuestas". Son medidas duras y difíciles. La estrategia del PP no es consistente. Camps, Gürtel, los argumentos que no dan, las contradicciones al pedir medidas y luego rechazarlas, el criticar al país por fuera y por dentro.... eso también va a calar. Y yo creo que, aunque más a largo plazo, va a calar más profundamente y acabará movilizando al electorado de izquierdas, al progresista, al trabajador o al de la "clase media".

jorge guerrero dijo...

Malos tiempos para la lírica: es cierto que toca apretarse el cinturón, que si queremos (que yo sepa no se lo plantea nadie...como no sea más a la izquierda que nosotros)mantener este sistema capitalista, que evidentemente ha fracasado como otros, tenemos que ajustarnos y pasar (como ya dijeron bastantes hace un par de años)por una crisis de unos ...nisé cuántos años. También es cierto que los demás tienen que hacer lo propio, y que a río revuelento ganancia de derechona, pero también pensemos: si estuviésemos en la oposición, y lógicamente tocase ajustarse y sufrir la crisis...¿qué estaríamos diciendo ahora mismo al gobierno de turno?