BUENOS PROPÓSITOS

Como cada año por estas fechas las páginas de los periódicos nos devuelven, condensados, los momentos más intensos del año que se va y nos señalan las cuestiones que deberemos afrontar en el que está a punto de llegar. El magnetismo de Obama, la muerte de Michael Jackson, el gol de Fernando Torres, los triunfos de Patxi López y de Feijoo, la revuelta afgana, la trama del Gürtel, las colas del paro, la sonrisa de Gasol, las lágrimas de Guardiola… nos regalan la intensidad de los momentos pasados, de éxitos aclamados y fracasos que quisiéramos olvidar, de aquella mirada suspendida en el aire que nos permite recuperar, por unos segundos, sentimientos y emociones cuidadosamente almacenadas.

Mezcladas, como cada final de año, encontramos una vez más las fotos de la miseria que no cesa, del dolor que no hemos sabido parar, del hambre al que no hemos puesto remedio. Como si viviésemos nuestro particular “dia de la marmota”, las tareas inacabadas – apenas empezadas – nos escupen de nuevo nuestra indiferencia a la cara. Entre tanta alegría desbordada, entre tanto mito perdido, se nos había olvidado – otra vez – que los de siempre siguen ahí, esperando que un dia, entre festejo y festejo, recordemos que la pobreza tal vez no resista otro aplazamiento. Nuestros ojos pasan sobre sus figuras sin apenas reparar en ellos, sin pararnos a pensar cuánta de su miseria nos corresponde…

Sentados con la mirada perdida en el árido suelo que no mereció demasiada atención en la cumbre de Copenhague, tiritando en las pateras, agotados en la cola del paro mientras la realidad les devuelve del sueño desarrollista, metralleta en mano secuestrando barcos, apaleadas y vejadas en un puti-club del primer mundo, huyendo de las mil guerras en las que el hambre ha encontrado acomodo… siempre, con la muerte en los talones. Dentro de dos días, saturados de reportajes, repetiremos nuestro karma de buenos propósitos… dejar de fumar, un poquito de ejercicio, tenemos que ir más a menudo a ver a mi madre… este año se va la crisis seguro, y ganamos el Mundial… y hay que bajar los radiadores, para gastar menos luz, y a ver si compramos café de Intermon que esta gente necesita que le ayudemos.. y quizás se arregle lo del cambio climático, no crees?... ay, ven, ven… mira qué nariz le han puesto a Belen Esteban…!.