jueves, 9 de julio de 2009

TRANSFUGUISMO


En el Auditorio de Gondomar donde el martes se celebró el Pleno para votar la Moción de censura, había centenares de personas gritando, silbando y acudiendo impotentes a un nuevo espectáculo servido por la conjunción perfecta entre la miseria humana y la desvergüenza política. Seguramente, los más dolidos eran los que ayer algún medio denominaba “pedazos socialistas”, la militancia de un partido centenario que se siente incapaz de comprender por qué a algunas personas les es tan fácil traicionar a su partido, las siglas, la historia, la voluntad ciudadana y a sus compañeros y compañeras.

Cada vez que se repite uno de estos lamentables capítulos, me pregunto cómo la democracia no ha encontrado una fórmula capaz de librar a las instituciones de gobiernos surgidos al amparo de la corrupción, la ambición personal y el desprecio absoluto a las reglas del juego. Cierto es que mucho se ha avanzado, con la firma del Pacto Antitransfuguismo, pero no es menos cierto que todavía quedan miserables dispuestos a venderse, siempre que haya un partido político que los compre.

Y ahí está el quid de la cuestión, el nudo que hay que desatar para terminar con esta lacra que todavía mancha nuestra historia democrática y que no siempre recibe el castigo merecido. La solución la tienen los partidos políticos, con valentía, con decisión y sin trampas. Porque los tránsfugas son personas y siempre habrá en este mundo una persona capaz de corromperse, de faltar a su compromiso, de traicionar a su gente; por tanto, es imprescindible que ninguna formación política los ampare, que ningún partido tolere que uno de sus concejales se convierta en alcalde con el voto de quienes se venden por treinta – o cuarenta – monedas.

Debe ser desde el Pacto Antitransfuguismo desde donde los partidos políticos blinden a la democracia frente a aquellos que no merecen representar a nadie. Habida cuenta de que el acta es propiedad de la persona, ha de haber un acuerdo solvente, serio y continuado, más allá del interés de cada momento o de cada caso, que nos permita establecer un frente común contra los tránsfugas. No deben gobernar, no deben tener la capacidad de decidir el futuro de nuestros municipios y no pueden condicionar nuestras instituciones.

Mos, Abegondo, Trives o Gondomar son una historia permanente de miserias individuales pero también de amparo político desde el Partido Popular de Galicia. En todos y cada unos de estos casos, quien estaba dispuesto a ponerse en venta encontró comprador.. Siempre el mismo comprador. Con toda seguridad, ninguna de las personas que protagonizaron los escándalos tendrán recorrido político; en esto ha habido siempre algo de “justicia divina” y quienes en su dia se convirtieron en triste noticia para la democracia no han durado ni en las instituciones ni sus cálculos iniciales se cumplieron (dónde están Tamayo y aquella otra fenómeno?).

No cabe decir lo mismo de quienes son beneficiarios de la moción que, en más ocasiones de las que debiera ser, logran a veces sobreponerse al mal nombre y mantenerse o incluso sacar mejor resultado con posterioridad (ver el caso de Carral, por ejemplo, o el propio de Esperanza Aguirre). En otras ocasiones, el pueblo no olvida la traición y apoya a quien fue traicionado: a Xerardo Estévez le desalojaron de Raxoi con una moción de censura; lo siguiente fue su mayoría absoluta.

Pero más allá de quién gane, pierde la democracia, pierde la verdad, pierden los ciudadanos, pierde la legitimidad de las instituciones. Y el PP no debería seguir permitiéndolo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Esos transfugas han salido del armario, pero los peores son los transfugas que se esconden detras de las siglas del partido que los ha presentado y en vez de gestionar segun los ideales del partido, lo hacen para su beneficio propio. Como ejemplo Cambre, donde en tiempos de crisis se jactan de tener un remante del presupuesto anterior, normal no se hace nada.....
No comprendo como desde un partido como el PSOE se consiente esto, se prima el bienestar economico de los concejales (ver los nuevos presupuestos) ante los servicios a los vecinos.
Lo peor es que los votantes socialistas de Cambre los tenemos muy complicado para seguir apoyandoos, y el futuro es todavia mas negro, pues a quien habeis puesto al frente en Cambre, segun él un hombre de partido (curiosa definicion de un tipo gris) se cierra en su grupito de amigos y cada vez que dice algo en prensa, muchos vecinos se sienten ofendidos.
Estos transfugas internos son los que peor imagen dan. A los que salen del armario se les expulsa pero contra estos ultimos NUNCA se actua ¿por que?.

RAS dijo...

Lo que no es serio es que la ley considere como personal el acta de quienes han sido elegidos en listas cerradas, es otra de las incoherencias de nuestro sistema electoral. O nos vamos a listas abiertas (la mejor solución) o hay que aguantarse; gran parte de la culpa la tienen todos los partidos por negarse a modificar la Ley electoral, lo de los pactos antitransfuguismo no sirven para casi nada, generalizar las listas abiertas permitiría a los ciudadanos de paso elegir mejor a sus representantes, precisamente a lo mejor por eso no interesa a ninguno de los partidos que actualmente tienen representación, y a lo mejor también por eso la abstención presenta cifras tan altas convocatoria tras convocatoria y tras ello ya se sabe, descontento con el sistema democrático, incremento del éxito de aventureros de la política con siglas cuasi fantasmas, en definitiva la deslegitimación generalizada de la democracia y el incremento correlativo de las soluciones parafascistas a la carta. Como puede comprobarse, por mal camino estamos transitando.