AL SOL QUE MÁS CALIENTA

Feijoo ha vuelto a hacerlo. En cuanto tuvo un micrófono a mano soltó una de esas afirmaciones suyas que le definen como político.. “O Presidente Touriño prefiriu tomar o sol durante o mes de agosto antes de afrontar a crise”. Naturalmente, el chiste venía hecho, pero en honor a la verdad he de reconocer que al primero que se le ocurrió fue a Ricardo Varela “claro, como no estuvo en todo el mes, ni siquiera se enteró que en agosto no hubo sol que tomar...”. A mayores, pocas horas después de esta afirmación el Presidente Touriño y el Conselleiro de Economía presentaban la evaluación de las medidas de dinamización económica que este Gobierno puso en marcha desde enero de 2008: anticipación en la licitación de obra pública (842 Millones de euros a dia de hoy), reforma del impuesto de sucesiones, inversión fuerte en formación e integración laboral... Todo lo que el Gobierno gallego ha venido haciendo para conseguir que en Galicia las cifras de empleo e inversión sigan siendo las mejores de España, aún en tiempos bien difíciles.

Pero Feijoo es así. Desde que “don Manuel” inició el camino de Madrid, Feijoo ha intentado no perder el caudal de votos que los gallegos le prestaron durante casi dos décadas al PP, consolidarse como el líder entre los suyos y acertar con el perfil para que los ciudadanos pudieran tomarle tan en serio como para considerar en algun momento votarle a la Presidencia de la Xunta. No ha conseguido ninguna de las tres cosas.

Elección tras elección Alberto Núñez ha ido perdiendo los votos que el fraguismo, las subvenciones y el poder habían acumulado durante años. Sin poder y cada vez con menos influencia, los suyos le han discutido en – casi- todos los niveles... Si los “personajes” como Baltar no se callan, en agrupaciones como Coruña el desafecto de la militancia conservadora por Feijoo y su equipo es un secreto mal guardado y medio PP de Galicia afila las navajas para esperarle a la vuelta de una nueva derrota que parece cierta... incluso en sus encuestas ciertamente maquilladas.

Pero lo peor es la imagen que Feijoo ha trasladado a la opinión pública. Amante del chiste fácil, su tendencia a frivolizar cualquier tema del que se trate en el Parlamento o en cualquier foro le ha llevado a protagonizar chascarrillos lamentables o a dejarse fotografiar manguerita en mano con zapato castellano – un poquito antiguo, por cierto- y camisa blanca impoluta – de marca, of course!- haciendo que sofocaba un incendio en aquél agosto terrible en que Galicia ardió. Una foto inolvidable!.

Por si la cosa no fuera suficiente, Rajoy le arrastró durante los años de la oposición más dura y el enfrentamiento más descarnado con el Gobierno socialista en Madrid, y con tal motivo el PP bloqueó el acuerdo por la reforma del Estatuto, rompió el consenso por el gallego que se había venido manteniendo durante años y llegó a impedir la renovación de un cargo de Consejero de la TVG tras el fallecimiento (!!!) de uno de los representantes del BNG. Insólito.

Ahora, agarrado a la esperanza de que hubiera adelanto electoral o a la de que la crisis económica reste apoyos al PSdG y a Emilio Pérez Touriño, propone pactos “de país”, cuando jamás respetó los que tuvo delante (ni Estatuto ni el de la lengua) y repite por tierra, mar y aire letanías y vaticinios que ni él mismo se cree. Pero Feijoo es así... Con lo fácil, verdad, que era ser el número dos...!