miércoles, 21 de marzo de 2012

VIVA LA PEPA!



Cuando aún resuenan los ecos de la conmemoración cívica y política que en Cádiz ha rendido homenaje a la Constitución Liberal de 1812, no podemos más que recordar el importante papel que nuestra ciudad jugó en aquél breve pero intenso período del XIX cuando el aliento del liberalismo logró abrirse paso y enfrentarse a la losa absolutista. Coruña fue importante porque fue liberal, porque así lo quisieron sus gentes, su burguesía, sus intelectuales y algunos de los militares de mayor relevancia de la época. Los coruñeses lucharon contra el francés invasor y luego construyeron en esta esquina del país una isla de vanguardia y progreso.

La relevancia de nuestra ciudad en 1812 no se debió tanto a los diputados presentes en Cádiz – Payán estuvo enfermo buena parte de las sesiones y López de Pan era absolutista- como por la entrega y decisión de la sociedad coruñesa en la defensa de las ideas liberales. Nombres como el de Marcial del Adalid, Pedro de Llano, Valentín Foronda, Pardo de Andrade o el capitán general Lacy glosan la historia del liberalismo español desde nuestra ciudad.Publicaciones como el Diario de La Coruña sirvieron para difundir las ideas liberales entre todas las capas sociales y en la calle Real, en el Café La Esperanza, se constituyó la agrupación masónica del mismo nombre, laboratorio del liberalismo local.

Cuando ocho años después, el día de año nuevo de 1820 Riego se levante frente a la deriva absolutista de Fernando VII y dé paso al “trienio liberal”,Coruña será la primera –tras Cádiz-en proclamar su adhesión al levantamiento liberal. Atrás quedaba el frustrado intento del Mariscal de Campo Porlier, “el Marquesito”, ajusticiado en el Campo de la Horca, -hoy Plaza de España- por defender el liberalismo, al igual que Sinforiano López, muerto en el mismo lugar. Atrás la reclusión de Josefina Queipo de Llano, esposa del militar, que compartía con él su ideología. Lo ocurrido después es conocido; los españoles tenían por delante siglo y medio convulso y los progresistas mucho sufrimiento. Hoy,doscientos años después de aquella proclamación es justo recordar que un día nuestra ciudad quiso estar y estuvo en la vanguardia social y política y en la defensa de la primera democracia que España conoció. Viva la Pepa!

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