martes, 27 de marzo de 2012

AUSTERIDAD, TRANSPARENCIA, PREPOTENCIA.. Y OLÉ


Austeridad. Trescientos treinta y tres. No es un número mágico ni mucho menos una conjura satánica. Es el precio del “material de oficina ordinario” que va a vestir por dentro el edificio de servicios administrativos del Gaiás. El “extraordinario” –butacas- es a 500 euros la pieza.. Dice el señor Conselleiro de Cultura (y Educación, en el caso de que Educación tenga Conselleiro, que ya hay quien lo duda..) que es un precio normal porque “os nosos funcionarios teñen que estar cómodos, que van pasar alí moitas horas”. Diga que sí, Cosnelleiro, que una vez que tiene uno (o una) que aburrirse en el Gaiás, en medio de la nada, lo mejor es tener la espalda bien cuidada..

Transparencia. El Gobierno Rajoy aprueba el anteproyecto de Ley de Transparencia. Fanfarrias y salvas saludan la novedad legislativa.. aunque a los dos días el entusiasmo inicial se va conteniendo al conocer “polo miudo” el texto. Mucho ruido y menos nueces de las esperadas... Cuánto el gusta la transparencia al PP, mientras no tenga que practicarla.. En Madrid, Ana Botella le regala cuatro horas a la oposición para revisar 17 mil facturas y el Plan de Viabilidad Municipal. En Coruña, Carlos Negreira niega el acceso a la oposición al expediente del pago a proveedores y oculta el Plan de Ajuste hasta el día del Pleno. Lo dicho.. cuánto le gusta al PP la transparencia, mientras no tenga que practicarla.

Prepotencia. Arenas brama en polideportivos repletos de seguidores mientras la plana mayor del PP se frota las manos imaginando un mapa de España completamente azul.. Arenas se niega a debatir en Canal Sur, jaleado por su jefe y por la prensa conservadora que afila las garras soñando con el domingo de marzo en que, al fin, Andalucía caiga.. Arenas pasea erguido, mano al bolsillo, con esa pose de Ministro campeón que tanto admiran algunos.. De repente, la sonrisa se les congela en el rostro al señorito, a los Ministros llegados para coronar al héroe y a la señora Cospedal, mientras Rajoy vuela hacia las antípodas, los periódicos cambian apresurados las portadas y hasta Rodrigo Rato sale disimulando de la celebración que nunca fue.. Es lo que tiene la prepotencia, que les deja una sonrisa congelada que da fatal en la tele, oiga..

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