jueves, 7 de abril de 2011

VIOLENCIA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN


Allá por el mes de noviembre, aprovechando la conmemoración del Día contra la Violencia de Género, escribía la Secretaria de Estado de Igualdad, Bibiana Aido, un artículo sobre la responsabilidad y el papel de los medios de comunicación en la prevención de la violencia contra las mujeres, artículo que, lamentablemente, no ha dejado de estar de rabiosa – nunca mejor empleado el adjetivo – actualidad desde entonces. Alertaba Bibiana sobre la necesidad de fijar límites en los contenidos televisivos respecto a la difusión de noticias relacionadas con la violencia de género, en su tratamiento y en el de las políticas de igualdad en su conjunto y enumeraba algunos ejemplos deleznables de programas en los que las personas – en especial las mujeres – se transforman en mercancía barata objeto de burla, insulto, maltrato público o difamación, para regocijo de no se sabe bien quiénes ni cuántos.

Nada de esto ha cambiado desde entonces y en las últimas semanas hemos asistido a algunos pasajes que a todos deberían avergonzar y a los miembros de la profesión especialmente. Así, la esposa del asesino de Mari Luz Cortés fue sometida a una “entrevista” en un programa de máxima audiencia para promover una declaración de culpabilidad de su marido. La burda escenificación ha terminado con la apertura de diligencias contra ella y contra la responsable del programa, Ana Rosa Quintana, una de las “tops” de los programas mañaneros. Hace un par de días, una tertuliana de Canal 9 defendía a voz en grito – en estos programas todo es a voz en grito – la honorabilidad de Berlusconi y de “cualquier señor que se acuesta con una señorita y no sabe si es mayor de edad o no”… Incalificable.

Pero el que de nuevo ha destapado el tarro de las esencias ha sido el lamentable Salvador Sostres al que un periódico como El Mundo tolera mantener ese blog repleto de opiniones vergonzosas y que a menudo rayan en la ilegalidad. Con una obsesión enfermiza acerca de todo lo que tiene que ver con las mujeres y la igualdad de género, Sostres se ha ido envalentonando a medida que sus artículos eran jaleados por la caterva mediática habitual y aprovechando la manga ancha del medio en cuestión. Así, tacita a tacita, como en el anuncio, Sostres ha ido un paso más allá y esta mañana nos deleitaba con un post donde disculpaba la acción del joven rumano que hace unos días asesinó a su novia ya que según el autor, el chaval es “un chico normal” al que se sometió a una “gran violencia” “Porque hay muchas formas de violencia, y es atroz la violencia que el chico recibió al saber que iban a dejarle y que el niño que creía esperar no era suyo”. Así que el novio despechado, suponemos que en un alarde de normalidad, la estranguló. Ante la masiva reacción ciudadana, el periódico ha decidido retirar el lamentable artículo que, a pesar de todo, viaja por la red junto con la indignación mal contenida de millones de personas.

Se agotan los calificativos ante lo que no es sino demostración de la irresponsabilidad de algunos medios y supuestos “profesionales” en el tratamiento de cuestiones tan sensibles como la violencia de género y las políticas de igualdad en su conjunto. No es lícito, en nombre de ninguna libertad de expresión, exhibir argumentos que sólo criminalizan a las víctimas y que permiten un respiro, en el imprescindible acoso social, a quienes maltratan. No hay “share” ni OJD que justifique el continuo ataque que las políticas de igualdad están recibiendo por parte de los medios más conservadores y por parte de los programas más frívolos. Moleste a quien moleste, la igualdad, en España, no es cuestión ni opinable ni discutible, sino una situación legal de hecho y de derecho; la violencia de género y la pederastia non son materia de tertulias, son delitos y, por muy frívolos que sean los programas y por muy ingeniosos que sean los artículos, quienes amparan o disculpan estos delitos, se sitúan al margen de la ley.

Ahora, dentro de unas horas, se levantarán voces tratando de situar a Sostres como ejemplo de librepensador, y a la leguaraz tertuliana como una mártir de la libertad de prensa. No lo son. Son sólo dos ejemplos – dos más- de la irresponsabilidad de algunos medios en el ejercicio de una profesión que no es ni remotamente la que estos sujetos representan. Son sólo dos ejemplos – dos más- del patético paisaje de princesas de “couché” cutre, gentuza vociferante y el TDT Party encantado de haberse conocido. Construir una sociedad en igualdad debería ser una tarea común pero es cierto que no todos son partidarios de hacerlo ni mucho menos se muestran dispuestos a aportar rigor y sensatez. No importa, ni mil blogs indeseables ni todas las tertulias del mundo podrán hacernos retroceder; ni todos los Sostres de la tierra conseguirán que vuelva a parecer “normal” que a una mujer la asesinen por no querer a quien la quiere.

2 comentarios:

Marcos Sanluis dijo...

No puedo estar más de acuerdo.

Jesús dijo...

No hay más que verle el careto al energúmeno, no hace flata oirlo.