En física o ingeniería, el término elasticidad designa la propiedad mecánica de ciertos materiales sólidos de sufrir deformaciones reversibles cuando se encuentran sujetos a fuerzas exteriores y recuperar su forma original una vez estas fuerzas cesan. El distinto comportamiento de los sólidos deformables ante fuerzas de carga o efectos térmicos es estudiado por una materia ciertamente compleja, la mecánica de sólidos que divide en tres categorías básicas los materiales: elásticos – los que presentan un comportamiento reversible-, plásticos – que nunca vuelven a su forma original – y viscosos cuyo comportamiento sería, en roman paladino, algo así como “a veces sí a veces no”.
Pues bien, no cabe duda que, en lo que a comportamiento ético y códigos de buen gobierno se refiere, el Partido Popular se comporta como un sólido deformable que sujeto a fuerzas o tensiones – internas o externas – se deforma, casi siempre de manera reversible aunque cierto es que, en ocasiones, es perceptible alguna huella debida a dicha deformación. Así, los populares mantienen, digamos, un comportamiento viscoso en el que el cumplimiento del cacareado código ético depende de las batallas orgánicas, la fortaleza interna o la capacidad de unos y otros para imponer su criterio – o su capricho – y lo que vale en unas Comunidades no es válido para otras, lo que se exige al adversario no se aplica a los propios y Camps, Fabra, Costa and company campan por sus respetos con un pie en las listas electorales y el otro en las salas de los juzgados.
Y en esta viscosidad se maneja con especial habilidad, como hemos, visto, el presidente provincial del PP, Carlos Negreira, al que ni le ha temblado la voz al defender al candidato por él avalado en Arzúa, candidato que en su día intentó, al parecer, sobornar al actual alcalde ofreciéndole apoyo en la radio municipal a cambio de una subida en su salario como responsable de este medio local. Cascón, grabado por el alcalde arzuano, no deja lugar a dudas en su disposición a apoyar al gobierno municipal a cambio de un dinerito al mes y no hay manera alguna de disculpar este comportamiento o de encontrarle acomodo en términos democráticos. Sin embargo, Carlos Negreira sí ha sido capaz de encontrarlo. El presidente popular ha decidido practicar su especialidad: la huida hacia adelante, y manifestar que lo grave es que el alcalde haya grabado esta situación, evadir la responsabilidad política y defender a capa y espada a su candidato.
Cascón es el segundo candidato popular a la alcaldía de Arzúa ante las próximas elecciones. El PP coruñés había presentado uno pero decidió cambiarlo tras alguna batalla interna; así, los populares convirtieron a Cascón en su apuesta en Arzúa con las consecuencias ya conocidas. Viscoso. Como mínimo, viscoso el material del que está fabricado el código ético del PP de Galicia del que hemos visto un nuevo ejemplo. No es una novedad: tránsfugas, alcaldes implicados en tramas de intereses económicos o la utilización de la administración autonómica para perseguir a los adversarios políticos. Ahora toca defender prácticas bochornosas y puede que ilegales. Viscoso, realmente, viscoso.
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