No sabemos a esta hora – en “la otra Europa” se cena temprano, pero no tanto – si “los 27” alcanzarán por fin un acuerdo acerca de los nombres de quienes inaugurarán la Presidencia del Consejo y del nuevo “Super Ministerio de Exteriores” tras el refrendo del Tratado de Lisboa. Lo que sí sabemos es que, de ser así, este jueves pasará a la historia de la UE como el inicio – al menos teórico – de una Europa más cohesionada y fuerte, desde el punto de vista institucional.
Resulta paradójico que la Unión llegue a este momento sin candidatos consensuados y el Presidente de turno de la Comisión, el sueco Reinfeldt, no haya conseguido el acuerdo pese a sus denodados esfuerzos en las últimas semanas. Pero si extraña es la situación, más extraña aún la panoplia de presidenciables y candidatos – todos hombres, por cierto, excepto la ex Presidenta letona – a “Alto Representante” que al parecer cuentan con opciones. Una esperaría que en esta cita histórica, los Estados miembros hubieran puesto encima de la mesa personalidades conocidas y contrastadas por su vocación europeísta, por su experiencia política y por su aval internacional. Nada más lejos de la realidad.
Un simple repaso a los candidatos – y candidata – basta para darse cuenta de que no está el momento para grandes nombres y que quizás la falta de consenso derive de la inexistencia de candidaturas verdaderamente relevantes. Y como ya se sabe que a río revuelto, ganancia de los británicos.. a Brown se le ha ocurrido poner encima de la mesa el nombre de Tony Blair… que ya hace falta tener imaginación para elegir como primer Presidente del Consejo al ex de un país en que cada campaña electoral se transforma en un nuevo debate sobre la conveniencia o no de formar parte de la UE… Ni siquiera la teoría de que la insistencia de Brown no es más que una estratagema para conseguir algún premio “secundario” hace más comprensible que tengan que sentarse los Presidentes de los países socialdemócratas para bajar al Prime Minister de su contumacia…
El dia de hoy pasará a la historia continental como aquél jueves en que el Tratado de Lisboa comenzó a convertir en realidad la nueva arquitectura institucional que debe fortalecer la cohesión de la UE y permitir una interlocución autorizada con el resto del mundo. Después de este “tercer jueves” quedan muchas incógnitas por resolver: cuál será el acomodo institucional del nuevo Presidente, entre Durao y las Presidencias de turno, cuál será su relevancia comparado con la fortaleza – fuera de toda duda – del Super Ministro de Exteriores (asumirá la representación conjunta de Consejo y Comisión) y si por fin USA y la restantes potencias mundiales encontrarán “alguien al teléfono cuando haya que hablar con Europa”, como pedía Kissinger.. Pero la incógnita que no debía mantenerse a esta hora, es la del nombre de quién debe convencer a los ciudadanos de que Europa existe, más allá de Bruselas y Estrasburgo… Una pena que esta noche sea más la de nombres como Van Rompuy que la de otros… como Felipe González.
No hay comentarios:
Publicar un comentario