RESISTENCIA

Esperanza Aguirre, quizás la persona más crítica con Rajoy – después de Federico – lo explicó con toda claridad apenas dos días antes de las Elecciones europeas, el PP “debía”ganar este envite al menos por diez puntos de diferencia. La Presidenta de Madrid ya sabía, en aquél momento, que la demoscopia anunciaba que la "debacle socialista" se iba a quedar en simple revés y la ansiada “bofetada a Zapatero” no iba a ser más que una pequeña bronca.

Pero la señora Aguirre quiso aprovechar el momento para continuar su acoso a Rajoy. Una vez más quedaba claro que Mariano no iba a estar a la altura de las circunstancias y el “asalto a la Moncloa” debía esperar . Será él finalmente el “asaltante”.. puede ser, pero quizá la “cólera de dios” esté agotando su paciencia con él, y con “los marianos y sorayos”, como repiten cruelmente los más incisivos del PP. Mientras tanto, Gallardón mira de reojo, y espera.

Ninguna convocatoria anima más al electorado a “castigar” a los gobiernos que la europea y ninguna circunstancia económica podría haber sido más favorable a la oposición que la actual. Por si fuera poco, la derecha de la UE avanza cabalgando sobre el temor de los ciudadanos del bienestar a perder sus privilegios en este momento de crisis, sobre la inestabilidad económica y el desafecto con la idea de Europa y sus instituciones, cultivada en diferentes nidos ideológicos.

Pese a todo, Rajoy amagó una vez más pero no convenció. Como diría Pachi Vázquez, “o home, non vale” y, como no vale, los ciudadanos no están dispuestos a otorgarle la confianza necesaria para ponerse al frente del país. Que el PSOE baje cinco puntos y el PP apenas suba uno habla a las claras del escaso entusiasmo que despierta Mariano en el corpus electoral, ni siquiera en estas circunstancias. O home, non vale.

Y en Galicia?. Si la situación era difícil en todo el país, en Galicia los socialistas luchábamos además con el desánimo y el dolor arrastrado por el conjunto de la militancia tras la derrota electoral del uno de marzo. Perder el Gobierno de la Xunta, asumir la renovación orgánica, un Congreso Extraordinario.. y luego echarse una campaña electoral al hombro, no era en absoluto tarea fácil. El resultado, pues, habrá que analizarlo en este contexto, con los datos de partida y darle el valor más exacto posible teniendo en cuenta el nivel de participación del domingo pasado.

Un porcentaje de voto del 34,5% - sin el CERA - , una cierta resistencia en los entornos urbanos que han permitido evitar la caída en el mismo que se había producido en las pasadas autonómicas, el segundo mejor resultado de todas las convocatorias de europeas – en terminos absolutos – y un descenso de votos aproximadamente de diez mil con respecto a las últimas europeas – pese a que algunos analistas insisten en hablar de 47 mil al comparar el voto de residentes ( único escrutado hasta hoy) con los finales del año 2004. Estos datos permiten al PSdeG tomar un respiro, asumir el trabajo en los próximos meses con la tranquilidad precisa y tomar decisiones sin que la ansiedad o lo urgente nos obligue a olvidar lo importante.

En política hay momentos para la victoria y otros para la resistencia, para el rearme y para no defraudar a aquellos que esperan y necesitan un proyecto de futuro, sólido y riguroso, que no se estrelle frente a las dificultades. En política, tan importante como establecer prioridades es comprender los tiempos para ir desarrollando las mismas, leer la realidad en cada instante y tener claro quienes son nuestros aliados y quienes no. Hacer política es conocer, entender, proponer y decidir. Es hablar, convencer y también resistir. Lo del domingo iba de “resistir”, de no rendirse, de ponerse de pie y saber que aunque el camino parezca largo, hay fuerzas e ideas para recorrerlo. Y resistimos.