domingo, 6 de febrero de 2011

DE COCHES Y DE DESPACHOS (MANUAL DE AUSTERIDAD, PARTE I)


A rebufo del éxito cosechado con la estrategia de la difamación en las autonómicas de 2009, el PP gallego intenta retomar la cantinela del despilfarro aprovechando, además, el difícil momento económico y la intensa desafección que viven los ciudadanos con la clase política en general. Tirando de “manual 09” los candidatos repiten como un karma que los “bipartitos” son caros, que los socios no se entienden y que malgastan el erario. Negreira, opositor en el Ayuntamiento de Coruña, se apunta al discurso “denunciando” audis a tutiplén… El único audi que no denuncia es el que tiene a su disposición su grupo municipal para sus desplazamientos por la ciudad. Cuentan con vehículo, móvil, portátil, despacho, personal técnico y dedicación exclusiva. En realidad nada escandaloso, sino los medios para que un partido político atienda a los ciudadanos a los que representa y realicen la labor de control al Gobierno encomendada a la oposición. Una pena de amnesia.. y de vergüenza.

Con tanto viaje al exterior y tanta conferencia por España adelante, se ve que a Feijoo se le olvidó consultar alguna de sus nóminas.. Le preguntan cuánto gana y no se corta (cuándo se ha cortado el señor Presidente…?). “menos que un diputado”…Uuuuyyy… lástima de acierto!. Fallo, señor Presidente. Cobra usted más y además, es lógico, pero no debería usted ni ocultarlo ni darle vergüenza defender que quien se sienta en Montepío lo hace representando la más alta institución de Galicia y, por tanto, es normal que su retribución sea superior a la de los diputados e incluso que diga la verdad… Una pena de sinceridad.. y de Presidente.

En pleno debate sobre la transparencia de las retribuciones de los cargos públicos nos enteramos que una veintena de ellos no han satisfecho su declaración de intereses. Gerentes, presidentes de fundaciones, directores varios, miembros todos de la llamada “administración paralela” se amparan en la opacidad para evitar que se conozcan sus salarios, en la mayoría de los casos similares a contratos de alta dirección. Es lo que tiene esto de la “regeneración democrática” versión Feijoo, que era sólo para la campaña electoral y se fue como vino. Desapareció en cuanto se guardaron las urnas en almacenes. Una pena de regeneración.. y de transparencia.

Doce años de proyectos, ocho de construcción, una década de agrios debates, una comisión de investigación, dos comisiones de expertos para buscarle utilidad.. todo ello ha quedado pequeño al lado del mayor éxito de la “era Feijoo”… será poco austero, será regular como gestor, será el que se escapa en lugar de resolver los problemas.. pero, señoras y señores, gallegos y gallegas, niños y niñas.. tenemos ante nosotros al único Gobierno, que en Galicia ha habido, capaz de resolver el gran enigma – el único enigma, diría yo.. – qué hacemos con la Ciudad de la Cultura..?.. ni la “nueva Biblioteca de Alejandría” ni la “nueva Catedral”.. nooooo!!!. Al fin descubrimos para qué vale “el sueño” de Fraga y Eisenman.. Ayer el Director Xeral do Libro anunció que ha trasladado su despacho a la planta alta de uno de los edificios del Gaiás.. Acabaramos!!!. Al fin sabemos “para qué”.. pues no señor, no es mal sitio para despachos.. Ahí si que debe haber “ambiente zen”… fíjate tú a qué le llaman ahora “austeridad”… vaya, vaya.. Una pena, una pena de austeridad…

1 comentario:

Xabier Pita Wonenburger dijo...

Debería prohibirse percibir sueldos públicos distintos a los que sirven para remunerar su actividad como tales. Esta incompatibilidad debería ser absoluta, de tal manera que, quien además del escaño ocupase algún otro cargo representativo, tan sólo pudiera percibir la retribución correspondiente a uno de ellos, vigilándose, lógicamente, que la incompatibilidad retributiva no se viese burlada con pagos de dietas u otras soluciones similares.

Debería prohibirse, igualmente, a los diputados compatibilizar su mandato representativo con el desempeño de cualquier otra actividad privada, de carácter profesional o empresarial, con la sola excepción de la gestión del patrimonio personal o familiar.