Cuando el próximo sábado el Comité de patrimonio de la UNESCO haga pública su decisión respecto a la consideración de uno o varios monumentos como “Patrimonio de la Humanidad”, los coruñeses la escucharán con la expectación de quienes comparten una ilusión común, pero también con la seguridad de quienes saben que el camino del éxito sólo vale la pena cuando se recorre acompañado.
Porque así es la ciudad que ha crecido a los pies del Faro, y así es el espíritu de esta comunidad de pescadores que durante siglos se hizo grande acercándose al calor y a la luz de la llama que Gaio Sevio Lupo encendió para guiar la navegación marítima en aquél Finisterrae del Imperio Romano. Tenaces, alegres, cosmopolitas.. Los habitantes de aquella península fueron superando pruebas a golpe de acuerdo, de consenso y de entusiasmo colectivo. Dificultades económicas, reveses políticos, catástrofes ecológicas o retos futbolísticos… durante siglos el esfuerzo común tejió, desde la Torre extendiéndose a toda la ciudad, la red invisible que les permitió ser y sentirse siempre capaces y vanguardistas.
El sábado la UNESCO podrá distinguir con su reconocimiento a un monumento que es mucho más que una torre de piedra. Fue obra de ingeniería y cantera cuando perdió su primer uso. Fue reconocida y recuperada, envuelta en un vestido diferente cuando los siglos y las artes quisieron reinventarla. Fue monumento orgulloso y hasta la única reparadora visión de quienes fueron presos por sus ideas. Fue, al fin, nuevamente luz y guía para navegantes, pero sobre todo para la ciudad que se construyó a sus pies y que cada año quiso acercarse más a su sombra benéfica buscando en ella la fuerza de un Hércules capaz de vencer a mil geriones.
El sábado, los herederos de aquél pueblo de pescadores sacarán de nuevo a pasear su orgullo ciudadano, se volverán a reclamar libres, volverán sus rostros al mar y sabrán que, pase lo que pase en Sevilla, la luz de la Torre seguirá encendida al dia siguiente para iluminar su camino y para, erguida y hermosa, explicar a los vientos que a los de esta península del noroeste, no hay Gerion que los tumbe.
Porque así es la ciudad que ha crecido a los pies del Faro, y así es el espíritu de esta comunidad de pescadores que durante siglos se hizo grande acercándose al calor y a la luz de la llama que Gaio Sevio Lupo encendió para guiar la navegación marítima en aquél Finisterrae del Imperio Romano. Tenaces, alegres, cosmopolitas.. Los habitantes de aquella península fueron superando pruebas a golpe de acuerdo, de consenso y de entusiasmo colectivo. Dificultades económicas, reveses políticos, catástrofes ecológicas o retos futbolísticos… durante siglos el esfuerzo común tejió, desde la Torre extendiéndose a toda la ciudad, la red invisible que les permitió ser y sentirse siempre capaces y vanguardistas.
El sábado la UNESCO podrá distinguir con su reconocimiento a un monumento que es mucho más que una torre de piedra. Fue obra de ingeniería y cantera cuando perdió su primer uso. Fue reconocida y recuperada, envuelta en un vestido diferente cuando los siglos y las artes quisieron reinventarla. Fue monumento orgulloso y hasta la única reparadora visión de quienes fueron presos por sus ideas. Fue, al fin, nuevamente luz y guía para navegantes, pero sobre todo para la ciudad que se construyó a sus pies y que cada año quiso acercarse más a su sombra benéfica buscando en ella la fuerza de un Hércules capaz de vencer a mil geriones.
El sábado, los herederos de aquél pueblo de pescadores sacarán de nuevo a pasear su orgullo ciudadano, se volverán a reclamar libres, volverán sus rostros al mar y sabrán que, pase lo que pase en Sevilla, la luz de la Torre seguirá encendida al dia siguiente para iluminar su camino y para, erguida y hermosa, explicar a los vientos que a los de esta península del noroeste, no hay Gerion que los tumbe.
1 comentario:
Os pais e nais de Galicia non vamos consentir que o goberno da Xunta volva a gravarnos cos libros de texto.
A educación é un dereito de todos os nenos e nenas galegos. A gratuidade de libros de texto a través do préstamo é un dereito adquirido que non estamos dispostos a perder.
Nón é verdade que a Xunta aforre cartos coa medida. Se ata o de agora un libro valía para catro nenos, non pode ser que a Xunta gaste menos mercando libros en propiedade para o 60 % dos nenos galegos. Nos están enganando.
Os galegos volveremos a pagar os libros. Todos ou a grandísima maioría.
Atentan contra os nosos dereitos e non o vamos consentir.
En Galicia estámonos a mobilizar. Moitos galegos e galegas estamos asinando en contra desta medida e a favor da gratuidade.
Todos os interesados podedes poñervos en contacto connosco a través desta dirección de correo electrónico.
plataformagratuidade@gmail.com
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