Cuando Antonio Moreno, Jefe Superior de la Policía de Valencia, se expresaba con tanta contundencia, quizás no sospechaba con cuánta exactitud resumía el espíritu y el alma de los gobiernos del PP; con cuánta claridad definía la hoja de ruta que los Populares han venido trazando desde que, hace un par de años, comprendieran que este era el momento de hacerse con todo el poder institucional en España. “Al enemigo no hay que desvelarle nuestra estrategia”. Efectivamente. Al enemigo hay que distraerlo, enredarlo, dispersarlo, adormecerlo y, finalmente, derrotarlo. Y este es el diseño que Rajoy y su equipo prepararon concienzudamente y el que han seguido, con éxito creciente, desde las Europeas de 2009 hasta su reciente victoria en las Generales del pasado noviembre.
Un rápido vistazo a la hemeroteca nos recordará los argumentos y las promesas con las que Rajoy llegó a la Moncloa: la gestión económica de Zapatero era un desastre y los socialistas eran responsables últimos de la crisis y el desempleo; el Ejecutivo socialista machacaba a las rentas más bajas, a los pensionistas, subía impuestos, perjudicaba a los trabajadores y así, claro, o había crecimiento. Bien; apenas 60 días han bastado para que la estrategia popular se desvele con toda crudeza: subidas impositivas a las rentas bajas y medias, empeoramiento de los servicios públicos, la subida a los pensionistas era una broma, los derechos laborales son historia, al paro no hay quien le meta el diente, y, al fin, con la disculpa de la crisis, el PP puede hacer lo que siempre quiso: convertir el Estado del Bienestar en un recuerdo del pasado, dar carta libre al empresariado y gobernar para aquellos “dos tercios” de los que hablaba la señora Thatcher, su icono neocon… Al otro tercio, caridad y buenas palabras.. con suerte.
Mariano Rajoy, el “Presidente de la prudencia” replica en cada una de sus decisiones han venido haciendo sus correligionarios desde los gobiernos autonómicos. De Cospedal a Feijoo pasando por el inefable Monago, la austeridad se ha convertido en el karma que justifica cualquier barbaridad: impago a las farmacias, bloqueos en la dependencia, subidas en las tasas de las escuelas infantiles, recortes en la merienda de los escolares, re-co-pago en los servicios sociales, eliminación de servicios de conciliación, retirada de ayudas a investigadores, castigo a la escuela pública.. y paro, mucho paro. El PP se regodea en la situación económica consciente de que esta le brinda la mejor de las oportunidades para llevar a cabo una demolición planificada de todo lo público, con poca resistencia. La crisis le permite asegurar que en España se gasta mucho en Sanidad, aunque sepan perfectamente que estamos entre los países que menor porcentaje del PIB dedican a ello o afirman sin pudor que hay que limitar las inversiones en educación pública, aunque lo que dedicamos a este derecho sea un tercio de lo que se dedica en países como Holanda o Dinamarca. Y qué decir de los “minijobs” y la obsesión con compararnos con Alemania..?, sin explicar, naturalmente, que los potentes alemanes cuentan con el mayor Estado social de Europa y que a los minijobs se apuntarían muchos contando con la cobertura con que cuentan esos ciudadanos.
El PP enarboló el discurso de la austeridad y su supuesta “capacidad de gestión” para alcanzar un triunfo cuasi “global” en el país, pero en el fondo su austeridad se construye sobre las espaldas de las familias que se quedan sin servicios públicos y su capacidad de gestión se ha puesto en evidencia en muchas ocasiones. En nuestra ciudad, el actual alcalde, Carlos Negreira, llegó al poder aupado por las protestas del pequeño comercio, prometiendo gestión, austeridad y talante. Casi nueve meses después, el pequeño comercio ve cómo sus reivindicaciones pasan sin pena ni gloria y al margen del circo con el carril bus poco o nada pueden esperar; la austeridad se usa para explicar la subida de 5 cts del bus a todos los usuarios, el re-co-pago de la atención a domicilio o reducir el talón restaurante a las personas mayores. De su talante y su capacidad de gestión hemos tenido buena muestra en esta semana: el cierre intempestivo de la calle san Andrés sin empezar las obras y en pleno carnaval choqueiro, la eliminación del Apropósito, no se sabe bien si por incapacidad en la gestión cultural –manifiesta- o para evitar ser criticados desde la atalaya carnavalera y este fin de semana la ciudad vive entre el encierro de una A.VV en un Centro Cívico que no piden ni recursos ni dinero: sólo piden unos minutos del precioso tiempo de su alcalde y la acampada de los trabajadores de la Torre, al pie del monumento, reclamando diálogo a un Ayuntamiento que ha cerrado la Torre sin motivo y con el único objetivo de dejar a 13 personas en la calle.
Manifestaciones, concentraciones, encierros, acampadas, protestas estudiantiles, reivindicaciones de funcionarios, padres que quieren que a sus hijos les den la merienda como antes… Moreno tenía razón: al enemigo es mejor no desvelarle la estrategia.. a ver si pica… porque si la conociera nunca les hubiese dado este poder.
1 comentario:
Eso de "aquí, el enemigo", es muy socorrido, pero como portavoz sigues con el mismo dircurso, que suena bien en la prensa pero que mantiene tranquilos a Negreira y su séquito de imcompetentes.
En la agrupación parece que sigue ocurriendo lo mismo, muchos propósistos, mucha palabrita de participación de la militancia, pero la realidad es que estamos en lo de siempre, viendo enemigos por todos lados y la agrupación un desmadre. A río revuelto, ya se sabe.
Lo de la acampada en la torre te hace más humana de aquella manera pero la verdad de los hechos es otra amiga, es otra y Tutor te lo dirá al oido.
Con lo facil que lo tenías una vez que Javier patinó y ahora tomas decisiones equivocadas. Estás a tiempo de enderazar el rumbo, te lo están poniendo a huevo, todos están asustados por lo que está ocurriendo en el partido, aprovecha.
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