Los artículos de Antonio Burgos en el ABC en los que insulta y ridiculiza a la Secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, y a la Ministra de Sanidad, Trinidad Jimenez, no son sino la culminación de una serie de declaraciones, comentarios y pseudo-críticas que se han sucedido a lo largo de las últimas semanas y que han puesto de manifiesto, una vez más, que a pesar de lo avanzado vivimos en una sociedad en la que el machismo tiene, aún, fuerte arraigo.
Tenemos una Ley de Igualdad, listas paritarias, gobiernos que han incluido las políticas de género en sus agendas y nadie que aspire al mínimo reconocimiento social y/o político osaría hoy a discutir la necesidad y la bondad de las políticas que propician la igualdad entre hombres y mujeres.. Pero en cuanto una mujer alcanza un status público relevante debe prepararse para que, con cualquier disculpa, su capacidad, sus decisiones o su presencia en los medios de comunicación sea calificada y juzgada utilizando criterios que en absoluto tienen que ver con su trabajo, con sus fallos o sus aciertos sino con el hecho de ser una mujer.
Basta que una Ministra haga una propuesta arriesgada o que una política presente un borrón en su “cuenta de resultados” para que la caverna rancia se suelte la melena y “dispare a discreción”… Chica, chiquilla, señorita, puesta a dedo, rubia, morena, elegante, mal vestida, dulce, ninfa… para qué seguir…?. La imaginación de estos dignos (¿¿?) herederos del Siglo de Oro, empeñados siempre en demostrar que conocen más calificativos que Quevedo, es inagotable y su entrega a la tarea, completa.. Y es que las mujeres damos para mucho y hay mucho troglodita disfrazado de señor(a) normal – y hasta de erudito – agazapado(a) esperando el mínimo resbalón.
Habitualmente los “boceras” pertenecen a la derecha-derechona, aunque habremos de reconocer que, últimamente , encontramos ejemplos en todo el arco político.. Basta un somero recuerdo a las críticas recibidas por Trinidad Jimenez a lo largo de la campaña de las Primarias madrileñas para comprobar que una parte del socialismo se dejó llevar también por la cosa ancestral.. que si se reía mucho, que si el tono de su voz, que si su aspecto, que si una pija.. los ataques tan “ponderados” llegaron de fuera y dentro de la organización y, lamento reconocerlo, se echó de menos que alguien con “auctoritas” levantase la voz para exigir respeto a una compañera que ejercía un derecho y rigor a la hora de criticarla.
Hay quien insiste en que no se puede criticar a las mujeres que estamos en política porque se les acusa enseguida de machistas, pero lo cierto es que lo criticable es el tipo y el contenido de algunas críticas que, como decía, nada tienen que ver con la capacidad de las mujeres en cuestión. Podría decirse con toda legitimidad que Trinidad Jimenez no ofrecía un proyecto válido para Madrid o que tal o cuál afirmación suya no respondía a la realidad, pero si se ríe o no o el tono de su voz o si parece pija no parece que tengan interés, y, sobre todo, son críticas que no se le hacen a los hombres – no se oyó ni una palabra sobre el tono de voz de Gómez, sobre sus trajes o su manera de andar, que también darían para comentar - . A Leire Pajín se le podrán poner las pegas que se quiera, como en su día a Ciscar o a Benegas, pero no recuerdo – y tengo buena memoria – que nadie les comparase con un actor “porno”, ejemplo de la prosa sentida y medida del tal señor Burgos..
En fin, ahora les tocó a ellas pero es una constante que los argumentos utilizados para criticar la labor de las mujeres en la vida pública no son, ni de lejos, los mismos que los usados para medir a sus pares… La Ministra de Sanidad despachó, con más solvencia que la media, la crisis de la Gripe A y cuadró a las CCAA para ajustar el gasto farmacéutico, descolocando a las del PP que ahora intentan cambiar el paso; en su haber está una más que aceptable gestión en Hispanoamérica y un 48% de los votos en unas Primarias partiendo desde cero. La Secretaria de Organización del PSOE fue una joven S. de Estado de Cooperación, conoce el mapa del subdesarrollo como la palma de su mano, actuó con decisión en todas las situaciones de desastres humanitarios con los que se enfrentó y lleva dos años dando la cara por un Partido y un Gobierno, en momentos bien difíciles, sin desmayo ni titubeo. Cualquiera de las dos merecen que cuando se las critique sea con algo de rigor y, si acaso, una pizca de justicia.. Al final, las mujeres deberíamos aprender dos cosas: es imprescindible levantar la voz cada vez que maltraten a otra ninguneándolas con argumentos trasnochados, sea esta “otra” amiga o adversaria política y, por último, ese olor desagradable del aire no es más que el rancio hedor de quienes no tienen mejor manera de ocultar el temor que les producen las mujeres que no les necesitan para ser iguales…
Tenemos una Ley de Igualdad, listas paritarias, gobiernos que han incluido las políticas de género en sus agendas y nadie que aspire al mínimo reconocimiento social y/o político osaría hoy a discutir la necesidad y la bondad de las políticas que propician la igualdad entre hombres y mujeres.. Pero en cuanto una mujer alcanza un status público relevante debe prepararse para que, con cualquier disculpa, su capacidad, sus decisiones o su presencia en los medios de comunicación sea calificada y juzgada utilizando criterios que en absoluto tienen que ver con su trabajo, con sus fallos o sus aciertos sino con el hecho de ser una mujer.
Basta que una Ministra haga una propuesta arriesgada o que una política presente un borrón en su “cuenta de resultados” para que la caverna rancia se suelte la melena y “dispare a discreción”… Chica, chiquilla, señorita, puesta a dedo, rubia, morena, elegante, mal vestida, dulce, ninfa… para qué seguir…?. La imaginación de estos dignos (¿¿?) herederos del Siglo de Oro, empeñados siempre en demostrar que conocen más calificativos que Quevedo, es inagotable y su entrega a la tarea, completa.. Y es que las mujeres damos para mucho y hay mucho troglodita disfrazado de señor(a) normal – y hasta de erudito – agazapado(a) esperando el mínimo resbalón.
Habitualmente los “boceras” pertenecen a la derecha-derechona, aunque habremos de reconocer que, últimamente , encontramos ejemplos en todo el arco político.. Basta un somero recuerdo a las críticas recibidas por Trinidad Jimenez a lo largo de la campaña de las Primarias madrileñas para comprobar que una parte del socialismo se dejó llevar también por la cosa ancestral.. que si se reía mucho, que si el tono de su voz, que si su aspecto, que si una pija.. los ataques tan “ponderados” llegaron de fuera y dentro de la organización y, lamento reconocerlo, se echó de menos que alguien con “auctoritas” levantase la voz para exigir respeto a una compañera que ejercía un derecho y rigor a la hora de criticarla.
Hay quien insiste en que no se puede criticar a las mujeres que estamos en política porque se les acusa enseguida de machistas, pero lo cierto es que lo criticable es el tipo y el contenido de algunas críticas que, como decía, nada tienen que ver con la capacidad de las mujeres en cuestión. Podría decirse con toda legitimidad que Trinidad Jimenez no ofrecía un proyecto válido para Madrid o que tal o cuál afirmación suya no respondía a la realidad, pero si se ríe o no o el tono de su voz o si parece pija no parece que tengan interés, y, sobre todo, son críticas que no se le hacen a los hombres – no se oyó ni una palabra sobre el tono de voz de Gómez, sobre sus trajes o su manera de andar, que también darían para comentar - . A Leire Pajín se le podrán poner las pegas que se quiera, como en su día a Ciscar o a Benegas, pero no recuerdo – y tengo buena memoria – que nadie les comparase con un actor “porno”, ejemplo de la prosa sentida y medida del tal señor Burgos..
En fin, ahora les tocó a ellas pero es una constante que los argumentos utilizados para criticar la labor de las mujeres en la vida pública no son, ni de lejos, los mismos que los usados para medir a sus pares… La Ministra de Sanidad despachó, con más solvencia que la media, la crisis de la Gripe A y cuadró a las CCAA para ajustar el gasto farmacéutico, descolocando a las del PP que ahora intentan cambiar el paso; en su haber está una más que aceptable gestión en Hispanoamérica y un 48% de los votos en unas Primarias partiendo desde cero. La Secretaria de Organización del PSOE fue una joven S. de Estado de Cooperación, conoce el mapa del subdesarrollo como la palma de su mano, actuó con decisión en todas las situaciones de desastres humanitarios con los que se enfrentó y lleva dos años dando la cara por un Partido y un Gobierno, en momentos bien difíciles, sin desmayo ni titubeo. Cualquiera de las dos merecen que cuando se las critique sea con algo de rigor y, si acaso, una pizca de justicia.. Al final, las mujeres deberíamos aprender dos cosas: es imprescindible levantar la voz cada vez que maltraten a otra ninguneándolas con argumentos trasnochados, sea esta “otra” amiga o adversaria política y, por último, ese olor desagradable del aire no es más que el rancio hedor de quienes no tienen mejor manera de ocultar el temor que les producen las mujeres que no les necesitan para ser iguales…
8 comentarios:
No se si la S. de Organización conoce tan al dedillo el subdesarrollo, pero aquella apararición "estelar" en la que hizo referencia a la "confluencia interplanetaria o intergaláctia", no recuerdo que parida soltó por su boca, la puso en su sitio, desde esa intervención, todos los españoles conocemos su "valía".
Los hombres actuales no somos culpables de los miles de años de machismo que conforman nuestra historia. La culpabilidad es, en cualquier caso, injusta y paralizante.
Es necesario que como colectivo haya un reconocimiento de las injusticias que el modelo tradicional machista ha generado, principalmente sobre las mujeres y homosexuales.
Es necesaria la reconstrucción de una sociedad que se base en nuevas relaciones y valores.
El machismo es malo también para los hombres. El machismo y el sexismo son nuestros enemigos comunes.
Hombre, Jesús, podríamos hacer una colección de "declaraciones poco afortunadas".. El Cosnelleiro de Cultura, por ejemplo, le llamó "Desván" de los Monjes a Sobrado, como todo el mundo sabe y se le criticó por su desconocimiento de Galicia y de los topónimos (imperdonable tratándose del responsable de la Cultura gallega) pero a nadie se le ocurrió compararlo con un actor de películas porno (este, entre otros es el exquisito comentario que Burgo dedica a Leire Pajín), criticar su aspecto o decir si lleva la chaqueta arrugada o no.. La diferencia es esa.
Mar, cuanto te cuesta hablar de Guerra. Tienes que ser la de antes y no guardar tanto la ropa. El victimismo no está de moda, ayer se le escuchó a Pepe, además muy cerca de ti hay colegas progresistas que practican esas declaraciones poco desafortunadas. Limpia primero tu terreno o vigílalo mejor. La diferencia es esa. Bicos.
Mar, cualquiera de los dos que citas habría que cesarlos inmediatamente, por su tanto por su aptitud como por su actitud.
Y como a éstos, a unos cuantos cargos más. De todos los colores.
Mar, estoy básicamente de acuerdo con todo lo que dices y está claro que aún falta mucho para que ciertas personas entiendan esa diferencia de la que hablas. Hay una cosa que sugieres en tu comentario que me parece especialmente interesante: que levanteis la voz cada vez que se recurra a este tipo de declaraciones para criticar a una política. Y que lo hagais también cuando alguien de vuestro partido caiga en el mismo error en la crítica a la gestión de una política del PP. Si de ambos lado se produce esa reacción, muchos quedarían descolocados y para la próxima se lo pensarían dos veces antes de hacer exhibición pública de su machismo.
Vaya mierda blog. Esta lleno de perogrulladas sociatas y lugares comunes para gente insulsa.
Hija mira a ver si lees un poco y te nutres la chaveta que no la bragueta...
Pedro: la uestión es que no es obligatorio leer este blog y muchísimo menos participar en él. El comentario de la "bragueta" pues, qué quieres que te diga.. te califica con claridad.
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