En la soleada mañana coruñesa, la apertura oficial del curso de la UDC incorporó dos hechos que, probablemente, no debieran ser noticia en una sociedad que se dice a sí misma avanzada pero que ponen de manifiesto el camino que queda por recorrer hasta la igualdad real entre hombres y mujeres. Por un lado, tras veinte años de andadura de esta Universidad, por primera vez era una mujer quien asumía el honor y la responsabilidad de leer la lección inaugural. Lo hacía, además, desde una disciplina científica alejada de las tradicionalmente consideradas “feminizadas”; la Vicerrectora Ana Tarrío, con su “Aproximación a la geometría”, abría de manera oficial este curso académico invitándonos a atravesar y disfrutar el siempre complejo universo de los números.
En la misma sesión, la insigne matemática, María Wonenburger, era investida como Doctora Honoris Causa por la más alta institución académica de su ciudad natal, décadas después de que su vida y su carrera profesional se convirtieran en ejemplo y vanguardia para miles de mujeres en Galicia y en todo el mundo. La Profesora Wonenburger recorrió las Universidades más relevantes del mundo durante años y su curriculum, forjado desde Madrid a Yale, pasando por Buffalo o Toronto, describe la brillante trayectoria de quien ha dejado ya su huella en la historia de la ciencia matemática.
Este curso que se inicia en la UDC, el que nos sumerge de lleno en el nuevo espacio europeo, será, una vez más, un curso con las aulas llenas de mujeres que aspirarán a formarse y a alcanzar los mismos retos y objetivos profesionales y académicos que sus compañeros. Sin embargo, a pesar de la igualdad legal, del acceso equitativo a la formación superior, el hecho innegable es que el lunes fueron noticia dos mujeres matemáticas, científicas… y lo fueron por su excepcionalidad , lamentablemente no sólo en lo que concierne a su categoría en el mundo del saber sino al hecho de “ser mujeres”. Y si en el caso de la Doctora Wonenburger es comprensible, teniendo en cuenta su avanzada edad, el hecho de que se convierta en noticia que la lección inaugural de una Universidad moderna es leída por una mujer debería hacernos reflexionar acerca de las barreras – objetivas y subjetivas, visibles o invisibles – que persisten en el mundo de la ciencia y de la formación superior y dificultan todavía el acceso de las mujeres a los lugares de mayores responsabilidades académicas.
Desde instituciones como el Instituto de la Mujer y el Ministerio de Ciencia y Tecnología se mantienen herramientas que permiten evaluar y apreciar la incorporación de las mujeres a estos ámbitos, claramente aún insuficientes. En la pasada Legislatura, a iniciativa de quien hoy dirige el Instituto de la mujer, Laura Seara, se había impulsado a través de una iniciativa parlamentaria la creación de una Unidade de Muller e Ciencia, mantenida luego desde el SGI y la Consellería de Industria. Hoy que la crisis pone en cuestión inversiones que a algunos les parecen “accesorias” y que quienes tienen menos compromiso con la igualdad real aprovechan para desmantelar servicios de bienestar, es bueno tener consciencia de que algunas iniciativas son imprescindibles para que una sociedad consolide valores como los de la igualdad de género.
En la mañana del pasado lunes en la Maestranza coruñesa, el ejemplo de dos mujeres nos valió para poner el acento y el objetivo en que la ciencia y el ámbito académico han sido, durante siglos, escenarios silenciosos de una discriminación más para la mujer. De seguro, en una ceremonia protagonizada por estas dos mujeres, a través de los espléndidos ventanales del Rectorado entre la luz se coló la sonrisa satisfecha de Hipatia, aquella filósofa cuyo saber en astronomía y matemáticas le valió fama eterna y, de paso, el morir apaleada por una turba de ignorantes.
En la misma sesión, la insigne matemática, María Wonenburger, era investida como Doctora Honoris Causa por la más alta institución académica de su ciudad natal, décadas después de que su vida y su carrera profesional se convirtieran en ejemplo y vanguardia para miles de mujeres en Galicia y en todo el mundo. La Profesora Wonenburger recorrió las Universidades más relevantes del mundo durante años y su curriculum, forjado desde Madrid a Yale, pasando por Buffalo o Toronto, describe la brillante trayectoria de quien ha dejado ya su huella en la historia de la ciencia matemática.
Este curso que se inicia en la UDC, el que nos sumerge de lleno en el nuevo espacio europeo, será, una vez más, un curso con las aulas llenas de mujeres que aspirarán a formarse y a alcanzar los mismos retos y objetivos profesionales y académicos que sus compañeros. Sin embargo, a pesar de la igualdad legal, del acceso equitativo a la formación superior, el hecho innegable es que el lunes fueron noticia dos mujeres matemáticas, científicas… y lo fueron por su excepcionalidad , lamentablemente no sólo en lo que concierne a su categoría en el mundo del saber sino al hecho de “ser mujeres”. Y si en el caso de la Doctora Wonenburger es comprensible, teniendo en cuenta su avanzada edad, el hecho de que se convierta en noticia que la lección inaugural de una Universidad moderna es leída por una mujer debería hacernos reflexionar acerca de las barreras – objetivas y subjetivas, visibles o invisibles – que persisten en el mundo de la ciencia y de la formación superior y dificultan todavía el acceso de las mujeres a los lugares de mayores responsabilidades académicas.
Desde instituciones como el Instituto de la Mujer y el Ministerio de Ciencia y Tecnología se mantienen herramientas que permiten evaluar y apreciar la incorporación de las mujeres a estos ámbitos, claramente aún insuficientes. En la pasada Legislatura, a iniciativa de quien hoy dirige el Instituto de la mujer, Laura Seara, se había impulsado a través de una iniciativa parlamentaria la creación de una Unidade de Muller e Ciencia, mantenida luego desde el SGI y la Consellería de Industria. Hoy que la crisis pone en cuestión inversiones que a algunos les parecen “accesorias” y que quienes tienen menos compromiso con la igualdad real aprovechan para desmantelar servicios de bienestar, es bueno tener consciencia de que algunas iniciativas son imprescindibles para que una sociedad consolide valores como los de la igualdad de género.
En la mañana del pasado lunes en la Maestranza coruñesa, el ejemplo de dos mujeres nos valió para poner el acento y el objetivo en que la ciencia y el ámbito académico han sido, durante siglos, escenarios silenciosos de una discriminación más para la mujer. De seguro, en una ceremonia protagonizada por estas dos mujeres, a través de los espléndidos ventanales del Rectorado entre la luz se coló la sonrisa satisfecha de Hipatia, aquella filósofa cuyo saber en astronomía y matemáticas le valió fama eterna y, de paso, el morir apaleada por una turba de ignorantes.
9 comentarios:
Mar y como puede explicarse que tus compañeros del Concello de A Coruña no hayan tenido la delicadeza que tu expones y aún no hayan reconocido los méritos de la Profesora Wonenburger.
El PP pide que se dedique una calle a María Wonenburger
El Partido Popular de Oleiros propondrá al Concello en el próximo pleno que se dedique una calle del municipio a la matemática e investigadora reconocida a nivel internacional, María Wonenburger, natural de la localidad oleirense de Montrove.
El portavoz popular, Pablo Cobián, explicó que no hay muchos oleirenses "de su talla intelectual y académica" y destacó que durante toda su vida paseó con orgullo el nombre de Oleiros por el mundo. "Estoy convencido de que sería un gran honor para ella recibir el reconocimiento de la corporación local en nombre de sus vecinos", añadió. Según Cobián, Wonenburger presume de que nació en Montrove y es una embajadora de Oleiros a nivel internacional.
La investigadora oleirense fue investida doctora Honoris Causa por la Universidade de A Coruña a principios de esta semana, durante el acto de apertura del curso académico.
Dónde esta el PSOE????
Xabier, totalmente de acuerdo contigo. En la tan traida y llevada aventura de apoyos a la Torre de Hércules en su candidatura para patrimonio de la humanidad, en una tertulia muy cerca de María Pita, salió el nombre de María y el ministro Molina parecía despistado, que no caía quien era. En la facultad de matemáticas y fisica de la USC, en los seminarios se cita. Las cosas son así Xabier, mis compañeros y compañeras del Psoe "pierden la sonrisa" por otros temas, aunque a veces la pierden.
Mar, vas a apoyar a esta gran mujer?????????????????????????
Xabier, el ayuntamiento de A Coruña no le ha puesto una calle por el mismo motivo que no lo ha hecho el ayuntamiento de la Linea de la Concepcion. Porque tu tia no es de alli!!!. Que es de Oleiros. Eso suponiendo que ser una buena profesional en lo suyo sea mérito suficiente como para que a uno le pongan una calle, cosa que no dudo, pero quizas entonces nos quedemos sin calles para tantos coruñeses que las merecen.
Xabier, te aprecio un monton, pero creo que a veces cuando cojes una "teima" pierdes la perspectiva.
Pablo, tu descoocimento en este asunto total como demuestras con tu afirmacion.
El lugar de nacimiento, como deberías saber, no se puede asociar, siempre y directamente, con la nacionalidad, ciudadanía o vecindad.
coño y el cabo santiago gomez era de coruña¿
salud y republica
Ana Tarrío, que ha coincidido algunas veces contigo en la UNED (algún día hablaremos sobre ello), puede darte más información para hacer,con tus consejeros y analistas, una segunda parte de "LA SONRISA DE HIPATIA" y al mismo tiempo, podrías aprovechar para recoger datos sobre el por qué esa caótica asociación de mujeres progresistas que tanto apoyaste para su creación y funcionamiento, pues... eso, solo ha sido creada. Pilar, se muerde un labio para no decir lo que piensa ya que su apellido se cita en algunos foros ajenos al partido.
La igualdad también se busca y crea "reclutando" a mujeres comprometidas (sean o no de la universidad), pero no a mujeres que utilizan el credo de la igualdad para dar imagen de progresismo o para provocar la mirada del aparato. Tienes que hablar seriamente con Jacinto sobre los pequeños desmanes de esa asociación que ponen en duda tus apuestas personales por alguna mujer que, evidentemente, no tienen nada que "ver" con Hipatía, y lo que es peor, dan una imagen del partido y de la mujer progresista más propia de la derecha que de la que pregona(ba) Laura y tu misma.
Espero tu segunda parte de la Sonrisa de Hipatía y te prometo hablar de las mujeres que pasan por la Uned, un verdadero cajón de sastre, como diría Silvia.
Xabier. Me temo que no soy el unico que muestra desconocimiento. Mira, si mueres por tus ideas, salvas un monton de vidas o inventas la penicilina, te ponen una calle. Si eres un crack en una disciplina academica, te nombran doctor honoris causa.
Por otra parte, aclarate. O pasea Montrove por el mundo o pasea A Coruña. O Negreira o Cobian. Pero sorber y soplar a la vez no.
Xan. Al infame cabo le van a quitar la calle. Los criterios del franquismo para dedicar calles, me temo que eran otros.
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