Reconozco que siempre he sentido cierta fascinación por el manejo que del lenguaje tiene Mariano Rajoy. Basta un repaso a la huella que el presidente popular va dejando en las hemerotecas para comprobar cómo hace auténticos ejercicios malabares intentando suavizar con sus palabras la realidad. Tal vez el ejemplo más recordado en Galicia sea el de aquella rueda de prensa en la que, ante una catástrofe ambiental de primer orden, quiso tranquilizar a la población calificando el fuel que salía de las entrañas del Prestige como “hilillos de plastilina”.
Esta mañana Rajoy dio de nuevo sobradas muestras de su capacidad para no inmutarse ni ante un tsunami y para contarnos lo que vivimos como si fuera la mismísima Leticia Sabater. Así, repitió hasta la saciedad lo muchísimo que confía en Camps, lo extremadamente honrado y simpático que es el President, lo honradísimo que es Costa y cómo el hasta ayer Secretario General del PPV se empeñó y se empeñó en dimitir – temporalmente, como el “cese de la convivencia” de los Duques de Lugo – primero de la Secretaría General y luego de la Portavocía parlamentaria… Un gusto.
Pero cuando ya parecía que nada nos iba a sorprender, Mariano fue y echó el resto, y al ser preguntado por su situación en el PP hizo una pausa, respiró y dijo que estaba “en situación de equilibrio”… Seguramente Cospedal, algo menos adicta a la impasibilidad, dio un respingo en el asiento al escuchar tamaña confesión… Y es que pocas veces Rajoy habló tan claro, queriendo ser tan alambicado..
Evidentemente su situación es exactamente esa: un difícil y cada vez más precario equilibrio a duras penas mantenido en los últimos y terribles días. Un equilibrio que desesperaría al mismísimo “Pequeño saltamontes” y que está a diez minutos de convertirse en una ola que se trague al presidente del PP, espíritu zen incluído. Equilibrio veinticuatro horas después de las lágrimas de Rciardo Costa y el bochornoso espectáculo de “ahora va, ahora no va”.. con Camps de escaqueo, Fabra dudando que “en Valencia estemos acertando”, Matas imputado, los peperos gallegos buscando las hojas de la escritura que se le olvidó enseñar a la Conselleira de Sanidade y Fraga diciendo unas cosas… horrorosas!.
Así que Rajoy no pudo estar más claro… aunque sólo fuera por una vez. Está en equilibrio… y mientras, Esperanza sonríe…
3 comentarios:
A parte del espectáculo bochornoso que está dando como político, que contribuye a que tod@s sean vistos como los chorizos que son ellos, no deja de ser de una incoherencia descarada el que cese a Costa por relacionarse con "el bigotes" y recibir algún regalillo que otro... y NO cese a Camps, que está exactamente en la misma situación que Costa.
Posiblemente haya percibido, que de hacerlo, se le acabaría el estado en el que se encuentra cuando las fuerzas que actúan sobre él se compensan y anulan mutuamente, es decir, el equilibrio.
Y lo más alucinante de todo es que no les trae consecuencias electorales. Es palmario y evidente que medio PP Valenciano está pringado en la trama y si hoy hubiera elecciones revalidarían la mayoría absoluta. ¿por qué el PP es electoralmente inmune a su corrupción interna?
En fin, habría que preguntarles a los compañeros de Valencia.
Pues sí, Mar para Rajoy siempre es cosa de "hilillos"..ya sean de chapapote..ya sean de trajes de finas telas..hilillos..hilillos..
Porque lo de Camps..solo son unos hilillos tambien.
A mí lo que me fascina de Rajoy(por decir algo) es que mientras miente o dice lo que no piensa, o sea las 95%de las veces, se le abren los ojos cual rana asustada como si estuviera pensando ¿se lo están creyendo? ¿se lo están creyendo?
:)
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