lunes, 30 de marzo de 2009

PAÍS.. QUÉ PAÍS?


Como en cualquier encrucijada política, no faltan dentro y fuera del Partido Socialista, quienes están prestos a señalar los errores pasados y los caminos de superación futuros. Si para unos el Gobierno gallego no respondió a las expectativas de cambio, para otros la existencia de un socio nacionalista de rígida concepción mental y política estuvo en la raíz del resultado del dia 1 de marzo… No falta, por supuesto, como en cada proceso subsiguiente a una derrota, quienes se apresten a pasar facturas de décadas y aquellos que suenan en que en tiempos de mudanzas triunfará su perfil.. más o menos apolíneo según el caso.

De los de fuera tampoco faltan ideas y recetas mágicas, casi todas adivinando el pasado y alguna más osada, apuntando reflexiones para un futuro que, tengo para mi, no se presenta tan incierto como gustaría a más de uno. Y aprovechando el momento, los pensadores y opinadores varios encuentran un hueco para llegar al tan añorado “ya lo decía yo” y colocarnos ante el supuesto dilema colectivo de elegir entre la opción apadrinada y el fin del mundo.

Hace un par de días, desde un artículo de opinión se concluía que el “pecado” original del PSdeG era su falta de fé en “el país”.. o sea, en Galicia y que el excesivo peso de las estructuras municipales y el liderazgo durante años de alcaldes y referentes políticos en las áreas urbanas impidió la consolidación de un proyecto “nacional” y galleguista propio. Esta, por lo visto, era la historia del socialismo gallego democrático y dicha “sombra” habría resurgido en el subconsciente colectivo a la hora de gobernar Galicia estos últimos cuatro años... O sea, la vieja “teima” de que si se es municipalista no se puede creer en un proyecto común coherente y sólido para Galicia.

Pocas afirmaciones son más lejanas a la identidad de los socialistas gallegos que su “desafección” por el galleguismo, pero pocas líneas de pensamiento han llegado a causar más desconcierto e incluso una cierta mala conciencia que esta que nos coloca en un lugar discreto a la hora de “amar a nuestro país”. Si a ello añadimos el supuesto enfrentamiento entre los poderes municipales y la concepción autonómica tenemos el cóctel perfecto para dedicarnos al ombliguismo y la redefinición eterna, mientras la derecha gobierna administrando con menos pesares sus certezas y sus incertidumbres.

Seguramente hay algo infinitamente peor que “no tener un proyecto claro de país”.. y es inventarse un país. Intentar crear de la nada una entidad superpuesta a la realidad que trata de modificarla a golpe de Decreto es, siempre, garantía de fracaso. Galicia existe queramos o no, pero tal vez no exista un país que precise una nueva organización administrativa ni uno que necesite crearse para mayor gloria del pensamiento político huérfano de proyecto y objetivo. Galicia es un país en el que el peso de sus territorios es desigual, como en otras Comunidades, sin que eso tenga en absoluto nada que ver con la accesibilidad universal a los servicios, las comunicaciones o el ejercicio pleno de los derechos de ciudadanía..

En Galicia pesan sus áreas urbanas como en Cataluña no es lo mismo Barcelona que Tarragona, como Extremadura polariza en torno a Cáceres y Badajoz y como Asturias es, sobre todo, la historia de una conurbación que engloba tres municipios principales. Y el socialismo gallego ni ha tenido ni debe tener ningún complejo a la hora de combinar esta realidad con un proyecto de modernización, sostenibilidad y justicia sustentado en la defensa de los servicios públicos, en la inversión continua en comunicaciones (físicas y tecnológicas) y en el fortalecimiento de las instituciones, desde la transparencia, la accesibilidad y la complicidad con los ciudadanos.
El próximo Congreso Extraordinario y la posterior Conferencia Política deben servir para que no dejemos avanzar ni un milímetro a quienes intenten introducir alguna inconsistencia en nuestro discurso político. El socialismo gallego es municipalista porque sólo así se construye de verdad Galicia – o la Galicia de verdad- , porque la cohesión territorial precisa de la alianza con las áreas más dinámicas de la Comunidad y porque la ciudadanía merece propuestas de una izquierda moderna poco acomplejada y porque la dicotomía “ayuntamientos vs gobierno autonómico” sólo es posible en la mente de quienes ni han gobernado ni se verán en ese trance nunca. El papel puede con todo, pero las personas esperan una señal para la confianza.

sábado, 21 de marzo de 2009

miércoles, 18 de marzo de 2009

EL LINCE Y YO


Miro a los ojos al lince y me parece verle cabreado. Se pregunta qué demonios pinta él en esas vallas tremendas, al lado del chaval sonrosado que, divertido, nos mira sin entender ni una sola palabra… Los “pocos años”, que diría mi abuela.. Miro al lince y me da pena que le hayan colocado ahí… ay, si Félix de la Fuente levantara la cabeza y viese a qué estado han reducido a su preciado amigo…


Miro al lince y me acuerdo de todos y cada uno de los días en los que, como médico, atendí a mujeres que debían tomar la decisión más dolorosa de su vida. Abortar. Recuerdo sus dudas, su vergüenza, su llanto, a veces su soledad… recuerdo su vacío, sus temores, su dolor, sus explicaciones dirigidas a sí mismas, sus ausencias.


Recuerdo que son como yo o como tú, que han acertado mil veces pero una se han equivocado y no saben bien ni cómo ni por qué. Recuerdo la sensación de clandestinidad sustituida poco a poco por el sentimiento de normalidad que acompaña a un acto médico más. Recuerdo la impotencia cuando los compañeros tenían que enfrentarse a la denuncia indigna de un novio despechado que, en el último momento, sufría un ataque de paternidad responsable – que, naturalmente, antes no se le habían detectado - .


Las recuerdo a ellas, siempre asustadas, siempre bajo sospecha.. Las recuerdo y miro al lince, cabreado, preguntándose qué demonios pinta él en este asunto y por qué le utilizan esos señores de negro, empeñados siempre en imponer su razón, su verdad.. Muy sencillo, querido amigo… porque ninguno de ellos ha visto jamás un lince y nunca sabrá tampoco lo que significa tener que abortar. Así, cualquiera.

sábado, 14 de marzo de 2009

NO ESTAMOS TAN MAL...


Es posible que esta frase haya sido una de las más repetidas a lo largo del Comité Nacional de hoy, que durante siete horas analizó los resultados de las Elecciones autonómicas, reflexionó acerca de sus causas y comenzó a construir el presente y futuro de este Partido, presente y futuro que tienen el 25 de abril una fecha de enorme importancia.

Siete horas de diálogo, de crítica constructiva, de ideas y de propuestas. Siete horas de reconocimiento y orgullo por el trabajo hecho por un Gobierno y un Presidente que protagonizaron el momento cumbre en la historia del socialismo gallego moderno; de recuperar la autoestima pero también de afinar en el análisis de lo que no se hizo bien.. no para buscar culpables, sino para no repetir los errores, si es que eso resulta posible para el género humano.

En dias como hoy me siento si cabe más orgullosa de quienes forman parte del PSdeG, de quienes han madurado con el camino, con las victorias, con las responsabilidades y con las derrotas. Qué diferente el fondo y la forma de aquellos Comités Nacionales que sólo tenían como resultado el linchamiento de compañeros y la apertura de heridas que tardaban años en cicatrizar. Cuánto hemos aprendido de lo que significa el verdadero debate, cuánto hemos aprendido del significado último de la palabra autocrítica.

Y qué conscientes son hoy la militancia y los responsables políticos y orgánicos de este Partido – mayoritariamente, claro – a la hora de definir su presente, de que en esta definición está también la clave del éxito futuro. Este Partido, que antaño elegía las navajadas sin piedad, escogió hoy la palabra y la paz, como dijo algun compañero; escogió hoy la generosidad y la crítica responsable, mirar adelante y decirle a los gallegos y gallegas que dentro de cuatro años estaremos dispuestos a que de nuevo confíen en nosotros para seguir apostando por las libertades, la igualdad y el bienestar social.

Para ello nada nuevo ni que haya que inventar: organización fuerte, referentes políticos sólidos, oposición constructiva pero firme y creer en el valor de la militancia, en su capacidad y en sus posibilidades. El PSdeG tiene carácter, tiene estructura y tiene capacidad para renovar un proyecto con la aportación de todos y todas: los de antes y los recien llegados, los mayores y los jóvenes, los más críticos y quienes han tenido la responsabilidad de llevar la dirección durante los últimos años.
Este es el momento. Es ahora. El momento de unir a quienes estan dispuestos a ser uno más y encontrar en los demás un aliado y no un competidor; es el momento de que Feijoo sienta que no permitiremos ni un paso atrás en lo conseguido, ni una deserción en los derechos de los ciudadanos; es el momento para que más de medio millón de gallegos sientan que no estaban equivocados, que los socialistas cumpliremos con ellos y con todos.

Y el momento “del Partido”.. de formar a la militancia, de crear mecanismos que permitan la información y formación continua, de generar espacios de debate y aportación que nos permitan renovar nuestro discurso y adecuar nuestra ideología a la sociedad actual, de mejorar e incrementar la formación y la coordinación de nuestros grupos municipales, de desarrollar programas de participación en la calle que empoderen y den un espacio y una responsabilidad a cada militante que quiera asumirla.. En fin, es el momento de perseverar en la construcción de un proyecto de izquierdas, participativo y contemporaneo, un proyecto que nos permita apoyar a nuestros alcaldes, colaborar con el Gobierno de España y presentarnos como una propuesta mayoritaria dentro de cuatro años.

No, no estamos tan mal. Tenemos representación institucional, militancia a prueba de bomba, influencia en España y 130 años de coherencia política. Y tenemos este PSdeG, fruto del trabajo de muchos, pero por encima de todos, permitidme hoy que os – nos – recuerde a las tres personas que construyeron los mejores momentos en nuestra historia reciente, los responsables de que hoy el Comité Nacional fuera más generoso que cainita: quienes se encargaron estos años de la Organización, Antón Louro y Ricardo Varela y, sobre todo, Emilio Pérez Touriño, que una vez más estuvo a la altura de las circunstancias y no quiso hoy más que dejarnos hacer un debate libre y sin cortapisas.

En siete horas no lo resolvimos todo... sólo repetimos que tenemos que intentarlo y lo lograremos. Oímos a Alcaldes creer en el futuro, a mujeres reivindicarse, a militantes ofrecerse para empujar una vez más. Escuchamos a dos candidatos que en su dia fueron derrotados explicarnos que también están aquí para trabajar, una vez más... Estuvimos todos y todas.. Bueno... sólo faltó alguno que siempre preferirá leerse en los diarios y plantear debates lejos de los compañeros, que entender que no es más – ni menos – que uno más. En fin.. es lo que tiene sentirse una estrella... pero como dijo algun delegado haciendo el símil futbolístico, ganamos la Eurocopa justo cuando el Seleccionador dejó en casa a Raúl.. Pues eso. Larga vida al socialismo gallego.

lunes, 9 de marzo de 2009

Is a woman, by Lambchop


Entre tanta psicoterapia periodística... una canción y un video para relajarnos.. Lambchop. Grandes.

martes, 3 de marzo de 2009

Galicia dixit


El domingo pasará a la historia del socialismo gallego como el día que perdimos las elecciones autonómicas después de gobernar la Xunta durante cuatro años; será por tanto, inevitablemente, un recuerdo triste. Ahora, mezclada con esa tristeza, nos invade la necesidad de saber reconocer las causas de esa derrota, los puntos débiles que nos impidieron afianzar un proyecto de progreso encarnado en la figura de Emilio Pérez Touriño.


Como es obvio, las elecciones no se pierden por un único motivo, y menos cuando se ha tenido la oportunidad de gobernar y se afronta la cita electoral desde esa posición. A poco que conozcamos nuestra historia reciente seríamos capaces de enumerar al menos media docena de cisrcunstancias que han influído en la decisión de los gallegos y las gallegas. Pero en el análisis de los errores no deberíamos cometer la injusticia de desacreditrar el conjunto de una acción de gobierno que dejará su huella para siempre en la historia de Galicia: proteccion de la costa, el refuerzo de la educación pública, la integración de las fundaciones sanitarias, la eliminación de los peajes, nuevas infraestructuras, la Ley de Transparencia...


Para el PSdeG se abre una etapa nueva. Ayer, la dimisión de Emilio Pérez Touriño concluía una andadura iniciada hace más de diez años que recogió a un partido en la oposición y con 13 diputados en el Parlamento Gallego y finalizaba con el Secretario General presidiendo la Xunta de Galicia. Han sido, pues, diez años fructíferos y un legado nada desdeñable para las generaciones futuras.


Sea abre una etapa tras una derrota electoral pero también desde la mayor fortaleza institucional que los socialistas gallegos hemos disfrutado nunca: más de un centenar de gobiernos municipales, dos diputaciones, cuatro ministros y Pepe Blanco en la Vicesecretaría General del PSOE. Nada que ver con otros desiertos que tuvimos que atravesar -y atravesamos- y de los cuales salimos airosos y con futuro. Reconocer la derrotas y entender sus causas no debe impedirnos ver con claridad la capacidad y potencia que tiene nuestro partido.


En cualquier caso, los próximos años deben ayudarnos a trazar un proyecto de progreso, de bienestar y de desarrollo para Galicia. Nuestra responsabilidad debe ser ahora trabajar desde la oposición, con lealtad pero con firmeza, para ayudar a los gallegos y las gallegas a salir de la crisis pero tambíén para impedir que se produzca menoscabo alguno en los derechos y en el bienestar alcanzado por esta sociedad en los últimos años. Los socialistas, que hemos protagonizado la modernización de España y la de Galicia debemos aspirar a situar nuestro proyecto en el corazón de los ciudadanos y a que nuestras propuestas se conviertan en la mejor garantía de futuro para la mayoría social.


Tenemos la militancia más entregada y mejor formada de las organizaciones políticas gallegas, tenemos cuadros con experiencia y personas jóvenes capaces de responder con solvencia en los momentos difíciles; tenemos una estructura centenaria que nos dota de una gran fortaleza, y tenemos todo el futuro por ganar. Ahí estaremos.